Fiestas en Badajoz: cartel y programa de la Feria de San Juan en Badajoz, el Carnaval, Semana Santa de Badajoz, Romería de San Isidro y de Botoa, Almossassa Batalyaws
De diciembre de 2019 al 6 de enero de 2020
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Carnaval de Badajoz
El Carnaval de Badajoz está considerado como uno de los tres mejores carnavales de España, es de Interés Turístico Regional por la Junta de Extremadura y declarado de Interés Turístico Nacional por el gobierno de España, tiene como principal característica la amplia participación popular, convirtiéndose las calles de la ciudad extremeña en una masiva fiesta de disfraces, siendo extraño ver a partir de las 22:00 horas a una persona en toda la ciudad sin llevar un disfraz o máscara en las noches del sábado y lunes se calcula que alrededor de 80.000 personas llenan las calles del casco antiguo y Santa Marina.
Semana Santa de Badajoz
Muchas son las celebraciones que se suceden a lo largo del año en Badajoz. Unas, responden a un carácter eminentemente festivo. Otras, proceden de las tradiciones más arraigadas en nuestra historia y en nuestra comunidad. En todas, lo religioso parece adquirir un protagonismo, un simbolismo, una presencia que trasciende a cualquier otra circunstancia. Y es que, Badajoz, ciudad de frontera y baluartes, se ha definido en su historia por lo militar y lo religioso, es decir, por la amplia y continuada presencia de cuarteles y conventos, de fuertes e iglesias, de soldados y monjas y sacerdotes.
Al margen de lo que ha supuesto para la ciudad que ejércitos propios o extranjeros hayan pasado por aquí o la ocuparan y centrándonos en lo que ahora nos interesa, es decir, lo relacionado con el alma, hay dos cuestiones insoslayables de las que Badajoz puede sentirse orgullosa puesto que han marcado su particular personalidad como colectivo ciudadano y como diseño urbano. Por un lado, el riquísimo patrimonio artístico y monumental que han aportado iglesias, conventos, monasterios, ermitas, la Catedral y otros lugares donde el culto, la religiosidad y su impronta han permitido el desarrollo de una cultura fundamentada en los sentimientos y pasiones convertidas en arte. De otro lado, el carácter de los badajocenses, influenciado con absoluta rotundidad por su apego a todo cuanto tuviera un marcado sentido religioso.
Hoy, más allá de los edificios y la liturgia, Badajoz es una ciudad donde arte y religión han sabido crear un entorno propicio para una Semana Santa espectacular. Una Semana Santa donde la devoción se une a los matices de la imaginería y la pasión se confunde con las más bellas expresiones escultóricas o de orfebrería. Badajoz cuenta con una Semana Santa que ha sabido reunir, con el paso de los años, extraordinarias muestras de arte que han conducido al pueblo por los caminos de la fe y extraordinarias muestras de pasión que han ofrecido a devotos y agnósticos el silencio respetuoso de quien sabe rendirse ante el arte que, puro y racional, ha transformado lo sencillo en sublime. La Semana Santa de Badajoz, producto de una ciudad cargada de matices en lo religioso y en lo artístico, ofrece a cofrades y vecinos, a costaleros y amigos, a caminantes y peregrinos, a foráneos y feligreses sencillos, un acontecimiento donde el sol del Domingo de Ramos contrasta con los tenues y perfectos anocheceres del Jueves y Viernes Santo mientras las madrugadas de penitencia o los pasos de cualquier tarde de lunes, martes o miércoles santos dejan entrever cuadros de realidad sin más ambición que el silencio y la admiración ante una fe inmutable que conmueve al más escéptico.
Así es la Semana Santa de Badajoz: calles complicadas, pasos excelsos, cofrades que trabajan, costaleros que no descansan, la música que acompaña y los creyentes sintiendo que el Domingo de Resurrección todo comienza, nada acaba.
Feria de San Juan
Hablar de las ferias y fiestas de San Juan es hablar de nuestra historia, de la historia de nuestras señas de identidad. Es hablar de nuestras raíces y de nosotros mismos. Las fiestas de San Juan forman parte de nuestra biografía, de nuestros mejores recuerdos que se construyeron con nombres, rostros, personas y momentos donde las fiestas patronales de Badajoz aportaron siempre instantes de diversión, cercanía y relevancia.
Nuestras fiestas son tradición. Una tradición que idearon y mantuvieron nuestros antepasados y mayores, y que, desde pequeños, aprendimos a querer y respetar como días de encuentros, reencuentros y de participación en una fiesta que tiene la virtud de gustar a todos, de reunir, de conmover a todos. Fiestas, las de San Juan, capaces de superar los tiempos y demostrar que están vivamente asentadas en el corazón, en el alma de una ciudad que no olvida sus orígenes ni las tradiciones y conforma su devenir histórico.
San Juan, en 2013, aporta novedades, como cada año, pero también mantiene las esencias de la feria de siempre. De eso se trata: que cada badajocense se reconozca en sus fiestas, que cada barrio y poblado se refleje en estas fiestas que, por encima de todo, hacen ciudad, nos permitan crecer, también, en eso que no siempre es tangible pero que es inexcusable: el compromiso con quienes nos precedieron complementando con nuestra
capacidad para acoger a quienes nos visitan y hacerles sentir como en sus propias casas.
No debemos olvidar que Badajoz, por San Juan, es una ciudad abierta donde amigos y vecinos de la provincia, de la región y de Portugal deciden compartir con nosotros fiestas y toros, diversión y relaciones sociales, conciertos
y torneos, música, baile y amistades. Es decir, Badajoz, por San Juan, hace memoria, hace historia y hace camino al andar. Como ciudad moderna que es pero que no olvida sus raíces. Como capital, como gran capital que es en
este oeste transfronterizo peninsular pero que sabe mantener cualidades de ciudad próxima y familiar. En definitiva, como ciudad de referencia en una región que sabe valorar el entusiasmo y el alma de una Badajoz y sus
fiestas locales siempre entrañables, siempre admirables.
Almossassa Batalyaws en Badajoz
Desde hace unos quince años, el lema, principalmente turístico, de nuestra ciudad ha sido Imagina Badajoz. La idea era transmitir un mensaje, una imagen, que cada cual pudiera colaborar en su diseño, en su construcción. Imaginando Badajoz. La idea era transmitir un mensaje, una imagen que cada cual pudiera colaborar en su diseño, en su construcción.Imaginando Badajoz, todos, visitantes y vecinos, pueden crear una idea de ciudad diferente, original, distinta, nueva, retocada, singular, característica y nunca definitiva porque se trata de una imagen en continuo movimiento, una imagen en permanente renovación, una imagen susceptible de recoger las aportaciones creativas de todos.Y, al tiempo que diseñamos el Badajoz que queremos y nos gusta, al imaginarlo también lo soñamos, también lo dibujamos en nuestra mente y nuestra realidad no tanto como tiempo presente sino, también como objetivo futuro.
Así, pues, imaginando Badajoz logramos - entre asociaciones y vecinos, entre particulares y colectivos, entre empresarios e instituciones - poner en valor la fundación de la ciudad y que mejor manera de hacerlo que dedicando unos días a recordarlo y celebrarlo. Años atrás nadie podía imaginar que llegáramos a celebrar y conmemorar la Fundación de Badajoz, pocos conocían de la existencia y vivencias de Ibn Marwan y sólo unos cuantos investigadores e historiadores estaban en condiciones de aportar los conocimientos necesarios para imaginar un Badajoz pretérito. Hoy, todo eso ha cambiado gracias a la labor divulgativa de Al Mossassa Batalyaws y cuantas actividades se realizan a su alrededor. Aquellos primeros promotores de la fiesta y cuantos, con el paso de los años, se han ido sumando a la misma han entendido que es mucho más que una fiesta: saben que se trata de celebrar nuestra fundación como ciudad, que Badajoz tiene unos orígenes reseñables, destacables e historicamente irreprochables y ello es digno de mención y reconocimiento y que nunca será suficiente en nuestro afán por conocer nuestras raices. Al Mossassa Batalyaws son las conferencias, las exposiciones, los conciertos, el teatro, el mercado pero, sobre todo, es el ambiente festivo, el ambiente de sentirnos parte de algo, parte de una historia que nos define e identifica.
Y en ese imaginar Badajoz, imaginamos también como algo inmediato la herencia de aquellos orígenes que fue el Reino de Badajoz cuyo Milenio nos disponemos a celebrar muy pronto. 1.138 años después, rememoramos la fundación de Badajoz que este año y el siguiente coincidirán con relevantes eventos que traigan al escaparate de la actualidad y solemnicen otra efemérides que no podemos desdeñar: mil años del Reino de Badajoz. Todo esto que para algunos, estoy convencido de que son los menos, no son más que fechas traducibles en festejos y otros actos más o menos lúdicos, más o menso culturales, para el Ayuntamiento de Badajoz y tantos otros, la inmensa mayoría, significa la oportunidad de ofrecer a la ciudad una parte de su propia historia que merece ser recordada, conocida, aprendida y disfrutada, porque, no en vano, es parte de la historia de cada uno. Un tesoro que debemos proteger y transmitir a las generaciones venideras. Conocer la historia de Badajoz es conocer nuestra propia historia y tanto Almossassa Batalyaws como el Milenio del Reino de Badajoz son dos fechas y dos acontecimientos que nos permitirán crecer como ciuda, como personas y como comunidad.
Romería de San Isidro
El sexto domingo de Pascua, los pacenses nos vamos de romería y primeras comuniones. Aunque la fiesta de San Isidro es el día 15, en Badajoz, y desde 1985, se viene celebrando el segundo o tercer domingo de mayo. Eso sí, prevaleciendo la impronta pascual sobre la memoria del Santo. Según las normas litúrgicas de la Iglesia, los siete domingos que van desde Pascua de Resurrección a Pentecostés tienen preferencia sobre cualquier otra fiesta del Señor, la Virgen o los Santos; por muy importantes y solemnes que sean. Y aún más, todas las solemnidades que caigan en estos domingos se deberán trasladar al lunes siguiente (Calendario Litúrgico pastoral, Madrid, 1995).
Isidro Merlo Quintana, campesino madrileño que viviera en la Corte en el siglo XII, fue el primer laico llevado a los altares después de haberse santificado en el mundo de donde procedía, el rural. Canonizado por el pueblo por los muchos milagros y maravillas que operaba incluso después de muerto, hubo de esperar varios siglos a que Roma lo confirmase. Así, el 12 de mayo de 1622, el Papa Gregorio XV lo canonizaba al alimón con tres grandes santos españoles, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús y Francisco Javier, y un italiano, Felipe Neri (Carlos Ros, Santos del pueblo, Sevilla, 1992).
Romería de Botoa en Badajoz
La devoción a la Virgen de Bótoa comenzó en el siglo XVI, y la Cofradía se fundó entre 1344 y 1578, teniendo mucha influencia en esta fundación los franciscanos de la provincia de San Miguel.
En 1751, se fija la fecha en que se celebran las fiestas en honor a la Virgen. Hasta 1958, era tradicional celebrarlas el domingo siguiente al de Pascua de Resurrección. Y es a partir de ese año cuando la romería se celebra el Primer Domingo de Mayo, para evitar el tiempo lluvioso del mes de Abril.
La Virgen siempre ha estado ligada a la falta o exceso de lluvia y a otras irregularidades agrícolas y ganaderas. De ahí el que sea proclamada como Reina de los Campos de Badajoz.
Al recurrir también a ella por otras calamidades de Badajoz, se la designó copatrona de la ciudad junto a la Virgen de la Soledad.
La Virgen de Botoa
La Virgen es una imagen de vestir de candelero con ciertas connotaciones de las vírgenes sevillanas, tocada con una pamela de paja blanca con amapolas y margaritas. Y en sus manos lleva un manojo de espigas y amapolas, y un rosario.
La altura de la talla es 1'50 m. y fue restaurada en 1989-90.
La Virgen va vestida con un traje bordado en oro. Y posee tres mantos: Uno de color rojo, otro blanco y uno azul, pero es el de color blanco el que suele utilizar en la romería.
La ermita
La ermita, tal y como está hoy, se construyó en el primer tercio del siglo XIX, aunque ya había una ermita en 1629.
Su forma es rectangular con bóveda de medio cañón, lunetos y cuatro tramos, en cada uno de los cuales se abre una ventana.
La cúpula del presbiterio se alza sobre pechinos con pinturas en tonos azul claro, beig y marrón que van disminuyendo hasta llegar a la cúspide enmarcada circularmente por una banda beig con pinturas representando 5 cabezas de angelitos y en el centro el Espíritu Santo en forma de paloma, del que parten varios rayos.
El último tramo de la ermita, sobre la puerta de entrada lo ocupa el coro, que se construyó en 1866, y en el frontis un ojo de buey o rosetón con vidriera amarilla decorada con la rosa de los vientos, con cuatro de sus picos en color rosa y los otros cuatro en rojo, siendo el círculo central de color verde.
El retablo de la ermita pertenece al rococó portugués en mármol de borba.
La ermita se encuentra en el kilómetro 16'5 de la carretera Badajoz - San Vicente de Alcántara (EX-110).
La Romería
La romería atrae a gente de Badajoz y sus alrededores, así como portugueses. Está declarada de Interés Turístico Nacional desde el año 1965, siendo Ministro de Información y Turismo D. Manuel Fraga Iribarne.
Recomendamos la recepción del sábado por la tarde a los peregrinos a pie, y el rosario de antorchas de esa noche. Y el domingo, la Misa Mayor y la posterior procesión por la campiña, que finaliza con la subasta del ramo y el rosario que lleva la Virgen en dicha procesión. La Virgen permanecerá en besamanos hasta la caída de la tarde.
Para los que no conocen todavía esta romería, les recomendamos pasar la noche en tienda de campaña y así disfrutar del ambiente que se puede vivir la noche del sábado.
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