Carnaval de Herencia: programa, actos...
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Durante de la Semana de Tambores, el pueblo de Herencia se viste de fiesta en sus diferentes pasacalles donde los Gigantes, Cabezudos y el Perlé vienen acompañados por las jinetas, peñas, charangas y chirigotas. Esta semana es la que media desde el Domingo de las Deseosas hasta el gran día Martes del Ofertorio.
Es el martes el día principal del Carnaval, las calles principales del pueblo se concentran todos los vecinos e incluso muchos visitantes de los alrededores. La banda de música acompaña a las Jinetas de todos los gremios que “entran a ofrecer”. Estas ofrendas serán pujadas al final del desfile para recaudar fondos para las Ánimas. La tensión crece a medida que aparecen las carrozas, cada vez con más vistosidad y perfección. Pasan las murgas, con todo su estruendo y alegría, buscando alguno de los premios que concede el jurado, terminando con el Ofertorio el Carnaval, a falta únicamente del Entierro de la Sardina que se celebrará al día siguiente, miércoles de “Ceniza”.
El miércoles con la sardina se entierran los placeres y alegrías confundiéndose los llantos y las risas, sustituyéndose el colorido del disfraz por el negro del luto y la abstinencia que empieza.
Domingo de las Deseosas
El Domingo anterior al de Carnaval empieza la fiesta. Es el “DOMINGO DE LAS DESEOSAS”, calificativo que es fácil de analizar, porque ante que el Ayuntamiento proceda a la invitación oficial al pueblo, aparece el símbolo indeleble del Carnaval: LA MÁSCARA.
En este “Domingo de las Deseosas” se busca en el fondo del baúl aquellos trajes tan preciados y que sirven de recordatorio de seres queridos. Estos trajes van siempre acompañados por las caretas de …. da igual, lo importante en esta ocasión es despistar al personal, e incluso el disfrazado se sorprende a sí mismo ante la representación de un personaje que tan bien “interpretado” se diría que podría ser ese doble yo que todos llevamos dentro.
En este “Domingo de las Deseosas” el protagonismo por tanto debe seguir siendo la máscara callejera que ataviada con un cepillo, pandereta, abanico o bastón, dará la tabarra a todos los que por delante de ellos se planten.
La alegría de una próxima fiesta es materializada ya en este primer pasacalles donde autoridades, gigantes y cabezudos, grupos de animación, y cuantas máscaras lo deseen hacen un recorrido festivo de invitación a los vecinos de la localidad.
Jinetas y Gremios
La jineta es el personaje por excelencia de los pasacalles que durante la SEMANA DE TAMBORES, semana que media entre el Domingo de las Deseosas y el Domingo del Carnaval, se realizan por las tardes.
La presentación de estos pasacalles es sin duda contribuir a la participación y seguir vivenciando el Carnaval no sólo por las noches sino por el día. Pero la razón de peso la tienen los Gremios que por estos días se visten de gala acompañando a la pareja de jinetas que con su gran derroche de imaginación, fantasía y fiesta, son el punto de encuentro de las miradas que a eso de las cuatro de la tarde se concentran en los pasacalles. Las jinetas, niños vestidos de príncipes, superman, princesas y cenicientas esperan con entusiasmo e ilusión, el momento señalado para y por unas horas ser los protagonistas de uno de los actos que más renombre dan a este Carnaval declarado de INTERES TURÍSTICO REGIONAL desde 1987.
La invitación de cada uno de los gremios al resto, en todos los pasacalles es el símbolo de la unión, de la solidaridad existente entre los gremios de Hostelería, Industria, Construcción, Panaderos, Hortelanos, Ganaderos y Ayuntamiento, quienes por estos días hacen un paréntesis en su cotidianidad laboral para saborear una cerveza compartida al son de las notas musicales de la Agrupación Musical de Herencia “Santa Cecilia”.
La hora de esta cita sigue siendo a las cuatro de la tarde, cuando el sol sigue aún resplandeciendo y guiando todo este cuadro de personajes que desfilan en un armonioso paso recorriendo las diversas calles de nuestra localidad.
El Perlé
Si alguien o algo le da identidad propia al carnaval herenciano es el Perlé. Es sumamente difícil investigar sobre los orígenes de Perlé, pero una cosa es cierta, sí podemos analizar lo que representa. Sin lugar a dudas es la representación burlesca del orden establecido, siendo blanco de burlas, puyas e insultos de toda la chiquillería del pueblo. Perlé trata de hacer valer su autoridad a punta de látigo –instrumento amedrentador que no abandona en todo su recorrido por las calles del pueblo.
Naturalmente sólo utiliza el látigo de modo simbólico. Cuanto mayor enfado demuestra Perlé, mayores son las burlas e insultos que le lanzan los chicos, y mayor es el regocijo de la gente.
En la vida de los herencianos, la figura de Perlé podemos decir que transcurre en tres etapas; en la infancia produce temor por lo agresivo de su figura y actitud, temor que se transforma en mofa y burla en la juventud, llegando al cariño y nostalgia en los mayores.
Es muy popular la pregunta a Perlé:
- Perlé, ¿por a´onde?” -
Escuchando por respuesta:
- Por la botica de Conde -
Pregunta que se hace desde hace muchos años atrás, aunque no sea ni con mucho el recorrido a seguir.
Perlé, siempre con su traje a rayas blancas y azules, con gorro del mismo color; así ha sido siempre, repetimos, y así queremos que siga siendo mientras dure el Carnaval en Herencia, porque el Carnaval, Herencia y los herencianos forman una unidad en su destino y en su historia.
La palabra “Carnaval” deriva de la expresión latina “Carne-vale”, que viene a significar “adiós a la carne”,una despedida de los placeres, por eso en estos días la gente trataba de no privarse de cualquier placer, buscando la satisfacción de los sentidos y del cuerpo en unas fiestas que celebraban los Romanos denominadas “Saturnales”, de las que, a nivel general parecen derivar los carnavales.
Los vestigios de estas fiestas parecen tener un carácter religioso, aunque no eminentemente cristiano, aunque, posteriormente, el Cristianismo también lo adoptó.
En el Cristianismo estas fiestas eran celebraciones previas al periodo de Cuaresma, y con ellas se disfrutaba del jolgorio, tratando de no privarse de nada, y , en cierta forma, emborracharse de todo: gozo, placer y alegría; para hacer acopio antes de entrar en la abstinencia cuaresmal, que da comienzo con el final del Carnaval, cuando faltan, cuarenta días para Semana Santa. En Cuaresma había que privarse de cualquier placer humano que estuviera relacionado, sobre todo, con la carne, por ello incluso ni podía comerse este manjar; esto aún se conserva en determinados días del periodo de Cuaresma.
Durante nuestro siglo, en España, podemos fijarnos que con la finalización de la Guerra Civil el Carnaval sufrió un gran deterioro en toda la geografía española, llegándose a perder en muchas zonas. Esto se debió a la prohibición que sufrió este festejo. Además que por el posible carácter de crítica que pudiera tener el Carnaval, se prohibió por el temor a las posibles rencillas o venganzas que pudieran producirse aprovechando el anonimato del disfraz.
La costumbre o afición al disfraz data de muy antiguo. Parece ser que los Romanos ya se disfrazaban en las “Saturnales”, fiestas en las que durante tres días consecutivos se olvidaban del orden establecido y se entregaban a fiestas y saraos.
Por tanto fue Italia la cuna del disfraz en Carnaval y donde alcanzó mayor importancia y aún hoy podemos observarlo en ese país.
Pero una cosa es el disfraz y otra el arte de disfrazarse. Es aquí donde entra el sentido mágico de la fiesta. La disimulación, el engaño, la burla, el no ser de cada uno o, si abundamos un poco más profundamente, el ser auténtico de cada uno.
En principio, el disfraz representa el alma de los malos espíritus. Las máscaras del Carnaval, originalmente, tienen un carácter religioso-espiritual, o sea, el de derivar en su principio el culto de los muertos, creyendo que el mejor modo de conseguir su amistad era antropomorfizarlos. El que personificaba al muerto vestía de blanco y se cubría la cara con una máscara. Este disfraz era un antepasado de los nuestros.
En Alemania aparecieron las máscaras en Carnaval más que para ocultarse, para representar piezas burlescas y pretenciosas, mofándose a través de la máscara del orden establecido, tanto civil como religioso.
Durante el reinado del Carlos III se introdujeron en España, con cierto relieve, los bailes de máscaras. Fernando VII no los permitió por las calles, y la reina María Cristina los volvió a autorizar durante su regencia.
Por el anonimato y el misterioso aire que rodea al enmascarado, miles de personas buscan todos los años esta transformación como válvula de escape a sus más escondidos deseos. Así el uso temporal de las máscaras permite un espectacular espejismo social; el pueblo descubre como un bello vestido puede convertir al esclavo en señor, y engañado por esta circunstancia, piensa que no tiene patrón cuando tiene puesta una máscara.
También con la mascara se da rienda suelta a la creatividad y fantasía de cada uno. Cambiar esa máscara que llevamos puesta todo el año, por una mas acorde con nosotros mismos. No quiere decir esto que la tendencia de la máscara al travestismo sea únicamente una forma de expresar deseos de encarnar el sexo contrario, sino además contribuir a un mayor clima de misterio y confusionismo.
Nada más percatarse la máscara de que no es reconocida, se lanza a una serie de bromas y desvergüenzas que en circunstancias normales sería incapaz de realizar, hasta el punto que, llegado un momento tal, no es capaz de reconocerse ni el propio enmascarado.
Dentro del disfraz carnavalesco no existe un orden establecido en el modo y en la forma de disfrazarse, pero sí surgen, con el paso del tiempo, una serie de figuras y personajes que en cada lugar adquieren personalidad propia.
Una manifestación más del pueblo en fiestas, una forma de participación evidente, son las letrillas y canciones que se cantan durante el periodo carnavalero.
Hemos encontrado canciones ya antiguas, perfectamente conocidas por nuestros padres y abuelos, que han ido consiguiendo integrarse en la tradición popular por la transmisión oral.
Por otro lado, año a año las charangas y murgas van incorporando canciones nuevas, con letras que más tarde analizaremos y que perfectamente pudieran transmitirse de generación en generación algunas de ellas, llegando a formar parte del grupo anterior.
Las letras de estas canciones son totalmente originales, adaptada a una música alegre, divertida, conocida y pegadiza, accesible a toda la vecindad del pueblo, ya que suelen ser músicas que se han bailado durante ese año en discotecas y escuchado en emisoras de radio. También se utilizan en muchos casos músicas de raíz popular.
¿Por qué no se hacen músicas propias para las letras?, ¿por qué se acopla la letra a la música?. La explicación la encontramos en la mayor dificultad que entraña crear la música, además, es más fácil buscar una letra que se acople a la medida de una melodía, contando con que todo el mundo conoce esa melodía, e incluso contando con que dicha melodía sea ya plenamente aceptada por el gran público.
El lenguaje de las canciones es descarado, chispeante, utilizando frecuentemente la ironía y el sarcasmo. Trata temas locales o nacionales de la vida diaria de modo que se entienda por todos, buscandoles ese enfoque crítico y burlón. Pueden incluso aparecer personajes populares reflejados en estas canciones.
Podemos encontrar canciones que son cantos a las fiestas del carnaval y al jolgorio, donde aparezcan reflejados personas y personajes con cierto relieve en la tradición de esta fiesta en Herencia. En algunas canciones aparecen deseos de las gentes más jóvenes de hacer perdurar las tradiciones del Carnaval. Como ejemplo tenemos esta canción popular cantada hace años en los carnavales herencianos.
Un día de
carnaval… (canción popular)
Un día de
carnaval
De gitana me
vestí,
Me fui al salón
del baile
Por ver a mi
novio allí.
El me dijo
gitanilla:
¿quieres hacer
el favor
De decirme con
salero
La gracia que
tengo yo?.
Tú eres un
moreno alto,
Tienes muy buen
corazón
Pero tienes una
falta,
Que eres muy
camelador.
Tú camelas a
dos chicas,
Yo te diré las
que son,
Una morena con
gracia
Y una rubia sin
color.
Cásate con la
morena
Que serás
afortunado
No te cases con
la rubia
Que serás un
desgraciado.
Adios Pepe que
me voy,
Porque mi madre
me espera,
Si quieres
saber quién soy,
Soy tu novia la
morena,
Soy tu novia la
morena,
La que te quiso
y te amó,
Y yo como te
quería
Te entregué mi
corazón.