Carnaval de El Peropalo en Villanueva de la Vera.
Peropalo es el nombre con el que se conoce a un muñeco, de tamaño natural, en torno al cual gira siempre el carnaval, en Villanueva de la Vera, localidad de la provincia de Cáceres. La fiesta consiste básicamente en una serie de ritos que se organizan en torno al protagonista en los tres días de carnaval y van desde su confección a su muerte.
El muñeco lo hacen los “peropaleros”, un conjunto de personas que forman el grupo de iniciados que velan por el muñeco y que, además de dirigir las ceremonias, se encargan de tocar el tambor, el principal instrumento del festejo peropalero. Al muñeco se le hace, tradicionalmente, en un lugar secreto entre redobles de tambor y recitados de coplas misteriosas. El traje es negro, de una pieza; como contraste, se le coloca un pañuelo blanco, de pico, que le cubre parte de la espalda y del pecho; se le remata, por la parte superior, con un sombrero de paño negro y, por la inferior, con unas botas del mismo color. Se le da volumen al rellenarlo de paja. Lleva una mano doblada, que guarda en la faja negra que le ciñe la cintura; la otra caída y un tanto separada del cuerpo. Un fuerte palo, colocado por la entrepierna, permite levantarlo y trasladarlo de forma visible para multitud.
El carnaval es el periodo en el que se pone "el mundo al revés", se rompen las convenciones sociales y la desinhibición ayuda a que la persona pueda, para pasarlo bien, manifestarse sin trabas ante los demás. A ello ayuda el disfraz, la tizne, la bebida... Se permite todo... siempre que no se rompa la armonía de la comunidad con la violencia sin sentido, con el abuso del fuerte sobre el débil. Es el tiempo de la broma, de la risa, de la sátira, en definitiva, de la juerga; es el tiempo del contacto, del roce, del abrazo y también... del brinco y del empujón, como lo es, también, de la canto y del grito.
En Villanueva sacan los hombres los blusones de antaño o se colocan ropas estrafalarias y las mujeres se disfrazan a su antojo, aunque la mayoría se engalana con los trajes regionales. Se hace la vida fuera del hogar, en la plaza. Cantan unos y otros en pequeños y en grandes grupos; se baila en las calles, en la plaza y en las tabernas; en unos momentos, de forma acompasada, en otros, caótica; es tiempo del ruido, de la anarquía y de la música armonizada en la ronda de grupo, de la ropa desastrosa y, también, de los bellos mantones y refajos. Es tiempo exclusivo para la diversión, el abandono de las preocupaciones diarias, el exceso en el consumo mientras el cuerpo aguante.
El Peropalo es el eje del carnaval villanovense, el símbolo de que todo el festejo es una fiesta exclusivamente lúdica, para diversión de la gente; no es la excusa, sino el
aglutinante, aunque, ante su figura se puedan adoptar posiciones contrarias; uno desea que viva y el amigo, con el que uno va cogido por los hombros, grite que muera. Hay mujeres que se enlutan
por su muerte y otras que bailan de alegría. Es una unidad con elementos contradictorios, como la vida misma y más aún, el Peropalo es símbolo de la libertad, de la alegría vital y de las fuerzas
genésicas de la naturaleza, un festejo de gran belleza cromática y musical, ejemplo permanente de la identidad de un pueblo y, también, una muestra de la frágil condición
humana.
Semana Santa en Cáceres.
Miles de turistas visitan la ciudad para descubrir una fiesta de nueve días que fue declarada de Interés Turístico Internacional en 2011.
Desde el Sábado de Pasión hasta el Domingo de Resurrección, diferentes Pasos Procesionales se mostrarán en los diferentes recorridos. La mayoría de las imágenes circulan por la Zona Monumental, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y son acompañadas por bandas musicales, capuchones y/o mantillas representando los momentos más importantes de la Semana Santa.
Durante estos días, la ciudad se llena de actividad dentro y fuera de las Iglesias, las calles repletas de sentimiento esperarán la llegada del Cristo Negro,Jesús de Nazaret en su entrada en Jerusalén o el paso de Ntra. Sra de la Misericordia.
Las Cofradías Cacereñas preparan y adornan sus pasos, se engalanan y se suceden a pasear ss imágenes sagradas, llevándolas a ombros durante todo el recorrido.
Una Fiesta de tradición cristiana que atrae a un número elevado de turistas tanto locales como extranjeros, haciendo que la ciudad y, sobre todo los los hoteleros, cuelguen su cartel de “completo".
Los Empalaos en Valverde de la Vera.
A partir de la media noche del Jueves Santo, se puede oír por las calles de Valverde de la Vera el sonido de unas vilortas...
Es un Empalao, que se dispone a realizar su vía crucis motivado por una promesa o "manda" hecha ante Dios.
El empalao camina descalzo, sobre sus hombros lleva un timón de arado sujeto por una soga de esparto que le envuelve torso y brazos desnudos. Lleva además una enagua blanca que le cubre de cintura para abajo, de la mitad de sus brazos penden un par de vilortas, con tres aros cada una, y una toga, símbolo del Crucificado. Cubre su rostro un velo blanco que sujeta con una corona de espinas, sobresaliendo por encima de la cabeza dos espadas cruzadas.
En todo momento va acompañado por el Cirineo, que se oculta bajo una manta y le alumbra el paso con un farolillo.
El Rito del Empalao se viene celebrando desde tiempo inmemorial en la noche del Jueves Santo. Es la Fiesta más emblemática de Valverde de la Vera y quizás de toda la comarca, declarada de Interés Turístico Nacional el 18 de Enero de 1980.
El Empalao se prepara en la casa familiar. Es un ritual que invita al silencio, dado el sacrificio y la devoción que ponen los valverdanos en esta tradición.
La procesión de cada Empalao camina en silencio. Tras él, el grupo familiar cubiertos con mantas oscuras, uno de ellos porta un farol encendido, el Cirineo. En cada estación del Vía Crucis, el Empalao y sus acompañantes se arrodillan y oran en silencio. Cuando se cruza con otro Empalao o con un Nazareno se arrodillan ambos.
Terminado el Vía Crucis de las 14 estaciones, el séquito regresa a casa. Allí, el Empalao se desviste y se desoga, finalmente se le fricciona el cuerpo para recuperar la buena circulación de la sangre.
El Chíviri en Trujillo.
Con el paso de los años, ha ido ganando en visitantes que desde primeras horas de la mañana se acercan a esta bella ciudad cacereña, donde no falta nunca la cordialidad de sus gentes para
bailar en grupos, y deleitarse con unos vasos de vino de la tierra.
Grupos de jóvenes bailan y danzan, cantando canciones con letras ancestrales al son de música de tamborileros, que va envolviendo con su soniquete a los participantes que en algunos
momentos de la mañana, reúnen a impresionantes corros que no dejan de cantar y bailar.
Esta explosión de música popular y colorido de los trajes regionales, con los que mozos y mozas se atavían y donde pañuelos, polleros y refajos compiten en una bella imagen multicolor,
comienza en plena Plaza Mayor a partir de las 12 de la mañana del Domingo de Pascua.
Durante unas horas, se prolongan los bailes y corros donde son invitados los forasteros a participar al son marcado por la pegadiza letra del:
"¡Ay! Chíviri, chíviri, chíviri.
¡Ay! Chíviri, chíviri, chon".
La Fiesta ha dado motivo a otras celebraciones folklóricas de nivel internacional, aprovechando este día tan festejado como atractivo. "El Chíviri" continúa el Lunes de Pascua con la típica
romería que se realiza a pocos kilómetros de Trujillo, en dirección a Cáceres, en el lugar conocido como "La Dehesilla", donde como es costumbre, familias o grupos de amigos elaboran y comen el
afamado frite de cordero con patatas tan típico por estos lugares cacereños.
Típico resulta ya en la fiesta adornar al visitante con el célebre pañuelo rojo, en muchos de los cuales se lee el año y la edición de esta fiesta popular, que tiene como escenario una de
las plazas con más carisma de Extremadura, lugar utilizado desde hace muchos años para conmemoraciones regionales, donde los habitantes de Trujillo demuestran su sociabilidad.
Para más información podeis consultar la web www.chiviri.com, con amplios contenidos sobre la fiesta.
Las Carreras de caballos en Arroyo de la Luz.
El Lunes de Pascua, los arroyanos celebran desde el año 1229 la festividad de su Patrona, la Virgen de La Luz, año en el que, según la leyenda, la Virgen intercedió para ayudar a las tropas
del rey Alfonso IX en su lucha con el ejército musulmán, en el lugar conocido como Pozo de las Matanzas.
Este Lunes de Pascua, a las nueve de la mañana, comienza una multitudinaria procesión festiva y religiosa desde la iglesia parroquial de la Asunción, con banderas, estandartes, pendones e
insignias, que pasa por la calle de La Corredera hasta llegar a la Plaza de San Sebastián.
En esta Plaza, a las autoridades civiles y religiosas, y a la población que les acompañan se les unen vehículos, carrozas y caballerías para continuar, junto a la imagen de la Patrona,
hasta su Ermita donde se celebran los actos religiosos del día.
A la vuelta y desde las doce de la mañana, comienzan entre la Plaza de San Sebastián y la calle de Las Correderas sus famosas Carreras, entre el bullicio de la multitud que observa y anima
a cuantos jinetes, solos o en pareja, se lanzan en veloces carreras por esta céntrica calle.
Una y otra vez, caballerías y jinetes, realizan estas atractivas demostraciones que finalizan en la Plaza Mayor entre los miles de asistentes que son obsequiados, como buena costumbre, con
vino de la tierra.
A las dos de la tarde se realiza la procesión de regreso desde la Plaza de San Sebastián hasta la parroquia de la Asunción, con la participación de los jinetes y caballos que realizaron las
carreras, llevándose a cabo después la entrega de premios a estos y a las carrozas participantes.
Tres días después, la imagen de la Virgen de la Luz es traída nuevamente a la población para celebrar su novenario y al final del cual se celebra, entre dehesas de encinas, su atractiva
romería.
Romería de San Isidro en Valencia de Alcántara.
La Romería de San Isidro de Valencia de Alcántara comienza el 15 de mayo desde la mañana, en el Parque de España de esta localidad cacereña en plena Raya con Portugal.
Después de los actos religiosos, que comienzan a las once treinta horas, se organiza el desfile de las decenas de carrozas y el elevado número de jinetes a caballo, que inician un desfile multitudinario por las principales calles de la población entre canciones populares y música.
El desfile vuelve a repetirse por la tarde dentro de la Plaza de Toros, donde se celebra un festejo taurino.
La Romería reúne a miles de visitantes y naturales que homenajean a San Isidro en plena Campiña, dando un aspecto multicolor y admirable.
En la noche de la Fiesta no falta la típica verbena popular que sirve de colofón a este festejo de los hombres y mujeres del campo, que ya días antes de San Isidro han participado o colaborado en la organización de diversos concursos relacionados con las labores agrícolas, y otros más de tipo recreativo programados para los pequeños.
La preparación de las carrozas y los atuendos de los participantes conlleva una importante elaboración, en la que se emplean semanas de trabajo y organización que, lógicamente, tiene su fruto en el desfile del día 15, donde se contemplan ricos atuendos y piezas agrícolas de un gran valor etnográfico.
Los Toros de San Juan en Coria.
Unas Fiestas que comienzan el 23 de junio con diversos actos como: la lidia de la vaca de la rana, el encierro de capeones, la procesión del santo patrón y la quema del capazo, junto al encierro y la lidia del toro en la plaza, ya en la madrugada, antes de ser soltado por las calles y plazas del recinto amurallado entre la algarabía y el júbilo de la gente que corre delante y detrás con un sentimiento exaltado rebosante de pasión y ardor en esa pugna atávica libre entre el toro y el hombre.
Mas, no tendrán que esperar mucho los apasionados aficionados, vecinos y turistas, para deleitarse y disfrutar con la lidia de otros toros pues, en Coria, se sueltan bellos y grandes
ejemplares de las más acreditadas y prestigiosas ganaderías de la cabaña brava española en horario de mañana, tarde y madrugada, donde los mozos y mozas citan al toro a cuerpo descubierto
mientras que otros se refugian en tablados, vallados, rejas, peñas y puertas protegidas que permanecen abiertas ante la hospitalidad del pueblo cauriense.
Finalmente, fijada la hora reglamentaria se procede a dar muerte al toro y así durante los seis largos días que duran estos atractivos y multitudinarios festejos taurinos celebrados en el
monumental Casco Histórico de Coria.
Martes Mayor en Plasencia.
Actualmente, el mercado se centra en la Plaza Mayor, extendiéndose por la calle de Santa Elena hasta la misma Catedral. Como ejemplo de la importancia de este mercado, valga el hecho de que su extensión fue tan grande en el casco antiguo de la ciudad que dio nombre a calles y soportales: calle Vidrieras, Queso o "soportales del pan", "la carne", etc.
El Martes Mayor, en la Plaza Mayor de Plasencia, se dan cita las mejores muestras posibles de productos de la comarca, con artesanos y agricultores que se esfuerzan en mostrar lo mejor de cada uno de ellos.
Todas las transacciones comerciales se ven envueltas durante la mañana por el ambiente ancestral que les proporciona la música interpretada por los tamborileros y las canciones de la comarca.
Aprovechando la fiesta, se organizan otras actividades culturales y recreativas, que proporcionan un ambiente apreciado por los miles de visitantes que llegan hasta la capital placentina atraídos por la fama bien ganada de este gran mercado, continuador de una tradición casi milenaria.
Durante el mediodía de este Martes Mayor se celebran los tradicionales concursos de tamborileros, así como los de prosa y Verso. El trofeo recibido por los ganadores se denomina "El Mayorga", personaje conocido por todos por ser el que está adosado a la torre del reloj del Ayuntamiento.
Símbolo de la sociabilidad de esta ciudad, durante esta Fiesta, todos los asistentes son obsequiados con la degustación del buen vino de la tierra. El día continúa con la Verbena nocturna en la plaza Mayor de Plasencia. Esta celebración anual viene a dar significado festivo a un hecho semanal que, martes tras martes, se viene realizando desde hace siglos en la ciudad. Valga como muestra la letrilla de una célebre canción: "Todos los martes del año tenemos un gran mercao, aquí se arriendan los pastos y se compran los ganaos y se compran los gansos todos los martes del año".
La Enramá en Pinofranqueado.
En la víspera del primer domingo después del 23 de agosto se colocan en unabolsa las papeletas con los nombres de las mozas solteras del concejo que participan, y en otra la de los mozos. Las jóvenes no pueden estar presentes en el emparejamiento, que se realiza por sorteo a partir de las doce en el torreón delpueblo con la compañía musical de un tamborilero.
El “cantaol” de los mozos, junto al de las mozas y tras el silencio impuesto por el tamboril, gritará “¡con quién digo!”, sacando una papeleta con el nombre de un mozo a quien responderá el “cantaol” de las mozas “¡con quién diré!” sacando éste la papeleta con el nombre de una joven con la que quedará emparejado y ratificado por los asistentes, que al grito desde el torreón de “¡va bien!”, responden y vitorean “¡bien va!”.
Desde este momento y hasta el domingo siguiente, chicos y chicas quedan emparejados como novios formales a todos los efectos, saliendo juntos de paseo, a los bailes y entrando el mozo en casa de los suegros.
Las mozas confeccionan la “enramá” con juncos y flores silvestres que colocarán el domingo por la tarde a su pareja en la solapa de la chaqueta cuando se realiza laRonda, en la cual y con la compañía de un tamborilero se van uniendo todas las parejas entre aplausos y vítores de la población hasta llegar todos unidos a la plaza del pueblo donde bailarán la jota del Arco mientras dan vueltas a a la iglesia.
En la verbena popular que se celebra a continuación, las parejas bailarán y decidirán en ese momento si el noviazgo continúa o no.
Fiesta de la Hispanidad en Guadalupe.
Las Jornadas de la Hispanidad comienzan en torno al 12 de octubre, con numerosos actos culturales y religiosos que proyectan el encuentro extraordinario de Extremadura con el Nuevo Mundo.
El día 12 de octubre, la Villa y la puebla de Guadalupe, despierta con Diana Floreada a cargo de la banda de música de Guadalupe para celebrar la Fiesta Nacional de la Hispanidad y el aniversario de la coronación de la virgen de Guadalupe como Reina de las Españas. A las once de la mañana, la Basílica de Guadalupe acoge a todas las personas y Caballeros de la Virgen para celebrar la misa solemne, concelebrada con la actuación de la coral de Santa María de Guadalupe. Durante la celebración eucarística, se nombran a los nuevos Caballeros.
Una vez concluida la misa, los caballeros de la Virgen procesionan ritualmente por la Plaza Mayor, ataviados con sus insignias y ostentando sus estandartes. Concluye el desfile profesional en la Basílica con el canto del Himno Oficial a la virgen "Augusta Reina de Extremadura."
Es posteriormente, en el claustro gótico de la Basílica, donde la Junta Directiva invita a Caballeros y familiares a un vino y se hace entrega del título de nuevos caballeros. A continuación se celebra la comida de Hermandad.
La Fiesta continúa por la tarde, en la que cientos de peregrinos venidos a caballo de toda Extremadura, y bien acogidos por los habitantes de Guadalupe, entran en su Plaza mayor y frente a la fachada del monasterio rinden culto a la Reina de la Hispanidad.
Ya por la noche, bien en la Basílica o en el auditórium del monasterio, se pone fin a la Fiesta con una actuación cultural para deleite de guadalupenses y foráneos que nos visitan en este gran día.
Los Escobazos en Jarandilla de la Vera.
De todos los festejos que pudieron realizarse en tiempos pasados en honor de la Virgen de la Concepción, el más duradero es, sin duda, la "noche de los escobazos", celebrada en la víspera de las festividades de la Inmaculada.
Desde el siglo XVI se conservan escritos que notifican el deseo de hacer una imagen de la Virgen, y que ésta fue encargada y pagada por el jarandillano Gaspar de Loaysa a su vuelta de América. Ya en el siglo XVIII existía una Cofradía bajo la advocación de la Virgen de la Concepción.
Desde los primeros momentos del anochecer, los jarandillanos se van reuniendo en la Plaza Mayor del pueblo portando grandes escobas, que han confeccionado días antes y que más tarde encienden para alumbrar en la procesión, y de camino, golpear con alegría a cuantos visitantes y naturales se acercan hasta los lugares donde se encuentran reunidos.
Siguiendo una de las versiones originarias, el escobazo de saludo popular se ha convertido también en una muestra de veneración religiosa, en este caso expresado con la quema no de velas, sino de escobas elaboradas con productos que da la naturaleza.
El momento cumbre de la noche, es cuando se inicia la procesión que acompaña al Estandarte de la Virgen de la Concepción, que es portado por un jinete que va a lomos de un caballo. Los vecinos, andando o a lomos de caballerías, acompañan con sus escobas encendidas en procesión al Estandarte por las calles de Jarandilla de la Vera, entre cánticos de alabanza a la Inmaculada Concepción.
La fiesta continúa buena parte de la noche entre hogueras familiares y de grupos de amigos, que aprovechan el festejo para probar los vinos de pitarra tan apreciados en esta zona, y no faltando en esta fecha los buenos productos gastronómicos de la reciente matanza del cerdo.
La Encamisá en Torrejoncillo.
Previo al día de la Encamisá y en concreto, en la mañana del domingo anterior, se celebra el Pregón de la Fiesta que sirve de preámbulo al día grande, realizándose también en este domingo la ofrenda de flores a la Virgen, por mujeres y niñas vestidas con el traje torrejoncillano.
El día de la Encamisá, los niños queman sus "jachas", y los hombres preparan sus caballerías y sus sábanas, así como los cartuchos de salvas que emplean más tarde. La tradición de esta histórica fiesta en Torrejoncillo ha continuado desde tiempo inmemorial en esta población y así, año tras año, cientos de jinetes de la localidad salen cubiertos de sábanas blancas adornadas con estrellas, con la imagen de la Virgen.
Se dirigen primeramente hasta la casa del "Mayordomo" para que éste les de un farol que deben llevar durante la celebración de la Encamisá, en esta noche tan especial para aquellos naturales de Torrejoncillo que montan a caballo, como ya lo hicieran generaciones anteriores.
El resto de la población se ha agolpado entusiasmada ante la iglesia parroquial para celebrar el comienzo de la procesión, entre un increíble número de disparos de salvas y repique alegre de campanas.
El fervor de la población explota especialmente con grandes vítores a la Virgen cuando el estandarte aparece por las puertas de la Iglesia. El sonido de salvas de fogueo, las campanas sonando, y la multitud aclamando a la Virgen, son momentos de una increíble e inolvidable muestra de sentimientos humanos y fervor mariano.
Con el fin de que el "mayordomo", al igual que ocurre en otras fiestas, no cargue con todos los trabajos y costos de este festejo, existe en Torrejoncillo la llamada asociación-cívico-religiosa-cultural de los "Paladines de la Encamisá", que organizan la celebración de esta bella fiesta de la Alta Extremadura.
La Borrasca en Ceclavín.
De repente el sonido de los tamboriles, panderetas, zambombas, sonajas y demás aditamentos quiebra el silencio de las centenarias calles: la "BORRASCA" ha llegado un año más a Ceclavín. Bueno es citar que, a ciencia cierta, nada se sabe de cómo comenzó el pueblo a desarrollar esta curiosa sucesión de eventos: "LA MACHORRITA" y "LOS CABALLOS" pero si podemos situar su más probable origen en el esplendoroso siglo XVI, en el que el municipio permuta su status por el de villa, merced a un privilegio de Carlos I, siendo el emperador hijo de doña Juana quien otorga el privilegio por el cual parece que comienzan estas fiestas.
La "Machorrita" es una cabra estéril, que da pie a una centenaria "iconografía" de los habitantes, cada "borrasca", peña o pandilla acude en la noche del día 23 a la "majá" donde gestiona la obtención del animal, comprada a pastores o cabreros. En otros tiempos era ésta una ardua tarea, puesto que desde mucho tiempo antes se iba ahorrando para poder comprarla. Una vez conseguida vuelven al pueblo y es ahora cuando visten y adornan a las cabras con curiosos motivos culinarios: ristres de pimientos, naranjas y embutidos caseros, hojas de laurel y la pasean por las calles al son de las canciones típicas de la fiesta "Machorrita, machorrita qué poca vida te queda que estamos a 23 víspera de nochebuena", y todo ello aderezado por los dulces caseros y los caldos locales, huella presente de un pasado donde fueron muy famosos.
Cada "Borrasca" acude como cita inmediata esa noche a la misa del gallo y una vez terminada ésta la bulliciosa multitud pasea tocando los instrumentos citados: sonajas, tamboriles, zambombas etc. acude a casa de amigos y familiares, donde son agasajados con los elementos propios citados de esta singular celebración. Aunque debemos consignar al cochifrito y a la chanfaina como platos más genuinos.
El Jarramplas en Piornal.
"A los veinte de enero agoniza el santo, los demonios le han hecho tanto escarnios; mientras a San Sebastián la muerte abraza el pueblo a los demonios mata a pedradas". El pueblo de Piornal, en la medianoche del día 19, vísperas de la festividad de San Sebastián, canta las denominadas “alborás” de San Sebastián en la iglesia, para luego continuar la fiesta por las calles.
Antes, en la mañana de esta víspera, Jarramplas, mayordomos, gente del pueblo y amigos de los anteriores, piden ofrendas para el Santo. A las 12 de la mañana del mediodía de la víspera, Jarramplas hace su primera salida tocando el tambor por las calles y recibiendo una lluvia de nabos sobre su cuerpo.
Mientras que las mujeres por la tarde preparan al Santo San Sebastián, Jarramplas, vuelve a hacer otra salida, con igual resultado de contestación por parte de los jóvenes, es decir, lluvia de nabos como castigo. Llegada la medianoche, como antes adelantamos, y una vez cantadas “las alborás” del Santo, se realizan unas migas para todos los asistentes con ingredientes fuera de lo común y de apetitoso aspecto, acompañándola de las “pitarías” tan propias de estos tiempos.
A las once de la mañana del día 20 se ve salir nuevamente a Jarramplas y su tambor, que vuelve a ser el blanco de los proyectiles lanzados por la muchedumbre. La fiesta termina por la tarde, no sin antes haber realizado la procesión y tradicional misa de San Sebastián.
Para poder ser Jarramplas hoy día, algunos piornaleros tienen que esperar varios años, son muchas las peticiones de querer hacer la “mandá” y sufrir con resignación y orgullo el castigo popular durante dos días.
Fiesta de Las Carantoñas en Acehúche.
El día 19 de enero, el tambolirero es recibido por la chiquillería del pueblo y se dirige a casa del Mayordomo, dónde es agasajado con dulces y aguardientes de la zona. En el amanecer del día 20 se da la “alborá”. El tambolirero despierta a las carantoñas y al pueblo a son de tamboril y flauta, para todos juntos tomar migas y café negro.
Mientras, el Mayordomo “riega el romero”, tardío y cortado el día antes, las carantoñas se visten: seis pieles para las piernas, dos para los brazos, y dos más grandes para el cuerpo componen el traje junto con guantes y la careta.
Carantoñas, tiraores y regaoras se unen con el mayordomo para ir a la iglesia porque son máscaras. Terminada la misa comienza la procesión, seguida por todo el pueblo, precedido por las carantoñas que se vuelven a San Sebastián dando tres pasos y pronunciando el famoso y misterioso “Gu”.
Se llega a la casa del Mayordomo y desde el balcón se “echa la loá” alabanza al Santo con referencias a la vida y martirio de San Sebastián y a los fervores concedidos. Finalmente y antes de celebrar el convite final en casa de los mayordomos , las carantoñas y las regaoras o patanas, mozas que escoltan a la imagen regándola de confites, “La vaca-tora” es el encargado de espantar a las carantoñas para que no molesten al santo , es una especie de carantoña con cuerno.
“Las carantoñitas”, niños disfrazados de carantoñas a las que éstas alimentan con “papas”; las “papas” son dulces de harina, leche y azúcar realizadas por los mayordomos. “El mayordomo” sufragador de las fiestas, es decir, que “sirve al Santo” a cambio de algún favor concedido por San Sebastián.” San Sebastián chico” se celebra el día 21, como continuación y repetición del día anterior. En esta festividad, otro mayordomo, los jóvenes o el Ayuntamiento “servirán” al santo.
Los Negritos de San Blas en Montehermoso.
Llega el atardecer del día 2 de febrero, y los "Negritos" sin tiznar con su indumentaria acuden a casa de los mayordomos.
Cuando las campanas tocan a la "Velá" se dirigen a la Iglesia y recogen al Sacerdote. Visitan la ermita de San Sebastián donde lo veneran y bailan, posteriormente a la ermita de San
Bartolomé, morada habitual de San Blas. En la ermita "El Palotero" se anima a bailar, pero es incordiado por los demás "Negritos" que se lo impiden y son éstos lo que bailan uno a uno. Terminado
el ritual se acompaña al Sacerdote a la Iglesia y se hace una ronda por las casas de los mayordomos actuales y antiguos como agradecimiento a la devoción tenida por el Santo.
El día 3 de febrero, día de "San Blas", el tamborilero recoge al "Palotero" y a cada uno de los "Negritos", dirigiéndose todos a casa de los mayordomos, donde realizan el ritual de tiznarse
las caras con corcha quemada.
Cuando las campanas comienzan a sonar, "Negritos" y mayordomos, acuden a la Iglesia, recogen al Sacerdote, y acompañados de numerosos devotos se dirigen a la ermita del Santo, donde se
realizan los actos religiosos y la bendición de los "Cordones de San Blas". Al finalizar la ceremonia, se saca el Santo de la ermita y los "Negritos" le rinden honores y le veneran con sus
bailes.
San Blas es llevado en procesión hasta la Plaza Mayor, donde se vuelven a repetir las danzas y trasladado a la Iglesia Parroquial donde permanece durante un tiempo.
El resto del día, "Negritos" y mayordomos, van por las calles del pueblo pidiendo la "maná" y vendiendo los "Cordones" para que la gente se los anude al cuello y se protejan de los males de
garganta.
El Carnaval de Navalmoral de la Mata.
Vestidos y disfraces certifican con su antigüedad la celebración de estas fiestas en el siglo pasado, en las fechas comprendidas entre el Domingo Gordo y el Miércoles de Ceniza, fechas que han continuado hasta nuestros días.
Desde el año 1969, en que se celebraron las fiestas de nuevo con el nombre de Fiestas de Carnaval, la progresión ha sido increíble, siendo miles los participantes que acuden anualmente a disfrutar de unos días de alegría.
La participación de peñas y barrios enteros que en principio fue a nivel local, en estos últimos años ha atraído de una forma especial carrozas, grupos y peñas de muchas poblaciones vecinas como Casatejada, Peraleda y Millanes de la Mata, Villanueva de la Vera, Losar de la Vera, Talayuela, Belvís de Monroy, etc. Esto ha hecho que desde finales de los años 70, los Carnavales de Navalmoral tengan el nombre de "Carnaval del Campo Arañuelo".
Los festejos comienzan el sábado anterior al Domingo Gordo y continúan hasta el Miércoles de Ceniza. Entre las muchas actividades que se programan figura "El Chupinazo", anunciador de las fiestas el sábado con concentración de peñas, comparsas y charangas en la Plaza Mayor. El Domingo Gordo se realiza sueltas de vaquillas junto con la Diana Musical de la mañana. El Gran Desfile de carrozas, comparsas, murgas, etc. es uno de los actos más atractivos también de este Domingo.
El lunes se vuelven a soltar vaquillas y se realiza la Gran Gala Infantil de Disfraces. El martes se realiza un segundo desfile de carrozas con la entrega de premios y trofeos, y el Miércoles de Ceniza se celebra el tradicional "Entierro de la Sardina", que recorre todos los barrios de la población hasta la Plaza Mayor, donde se quema la famosa "Sardina".