La Semana Santa de Granada cautiva tus sentidos. Hermandades de silencio, cofradías de capa y de barrio, toda una exposición de sentimiento andaluz con la seña de una ciudad como Granada.
El Zaidín, el Albaicín o el Realejo junto al centro histórico de la ciudad ven procesionar imágenes y cortejos de gran belleza y con el único objetivo de hacer llegar al visitante, al espectador, el mensaje de Cristo Crucificado, Muerto y Resucitado. Un mensaje que llega en pasos de Misterio, como Tres Caídas, la Santa Cena, el Huerto de los Olivos, el Cristo del Perdón, la Sentencia, el Cristo zaidinero del Trabajo, la Sagrada Lanzada o el Despojado y en pasos de Cristo como el Sagrado Protector de la ciudad, o el Cristo del Silencio, Favores, Expiración, Cautivo, el Rescate y Cristo Resucitado.
Todo ello enmarcado en un paisaje único, de colores inéditos mezclados con la luz del blanco de Sierra Nevada, el verde de la vega de Granada y el azul del cielo de la Semana Santa.
Visite por la mañana los templos con los pasos y palios a punto de iniciar su estación de penitencia y después de disfrutar de una buena gastronomía cofrade, sitúese en aquellos sitios que por su belleza te ofrecerán una fotografía única, una visión especial de cómo el varal de un palio pasa casi sin rozar las paredes encaladas de las calles del Albaicín, o como un palio a rodillas o incluso a gatas sale rozando el dintel de puertas barrocas, renacentistas, todas ellas muestras del arte de la historia de Granada.
Por la tarde-noche muestra Granada una Semana Santa seria y culta, sabiendo transmitir devoción. Una Semana Santa donde María también es su protagonista, ya sea bajo un palio de rica orfebrería y adorno floral, o coronando un Calvario como la Soledad de San Jerónimo, o Santa María de la Alhambra con su paso nazarí que en cada primavera baja desde la colina roja hasta la ciudad.
Granada, su Semana Santa, sus hermandades, sus cultos, su gente y su gastronomía te esperan para que seas uno más de este conjunto.