La identidad de Daganzo estaría incompleta sin las fiestas patronales en Honor al Santísimo Cristo de la Luz y a la Virgen del Espino.
En la actualidad estas fiestas se celebran durante los días que anteceden al primer domingo de septiembre, pero esta fecha es relativamente reciente, pues antiguamente las celebraciones tenían lugar la tercera semana de septiembre, coincidiendo con el fin de trabajo de recolección de las cosechas.
La veneración a la Virgen del Espino se remonta a los primeros pobladores de lo que antes era el pueblo de Almazanejo. Estos mismos habitantes fueron los que construyeron lo que ahora es la ermita, que en aquella época fue una iglesia dedicada a la Virgen del Espino a la que acudían con la imagen de la misma a pedir con sus rezos lluvia para las cosechas.
Una de las atracciones de las Fiestas son los toros. La afición por los toros en Daganzo está muy consolidada y pasa de generación en generación.
Hasta 1989 la corrida se celebraban en la plaza de la Villa, por aquel entonces de tierra, donde se colocaban palos y remolques de tractores que hacían de gradas, y los toriles que se montaban en la calle de Enmedio.
Los toros venían por el camino de la vega pastando hasta la plaza, acompañados por gente a caballo y a pie hasta que entraban en el pueblo (esta tradición se está intentando recuperar desde el año 2012, haciendo un simulacro con cabestros, ya que la suelta de reses bravas por el campo no está permitida en la Comunidad de Madrid).
Otras fiestas en Daganzo son las celebradas en Honor a San Antonio, el 13 de junio, uno de los santos más conocidos y venerados en el mundo, San Antonio de Padua, a quien según la tradición, se le invoca para hallar objetos perdidos.
La fiesta local es el viernes más cercano al día 13 de junio con la celebración de Santa Misa, Procesión y otros actos de carácter lúdico y festivo.
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