Fiestas en Alhama de Murcia: cartel y programa de la Feria de Alhama de Murcia, Semana Santa de Alhama de Murcia, los Mayos...
Fiesta de los Mayos en Alhama de Murcia
6 y 7 de mayo de 2017
Consulte aquí el programa de las Fiestas de los Mayos en Alhama de Murcia
FIESTAS EN ALHAMA DE MURCIA
A lo largo del año, Alhama de Murcia celebra sus fiestas vistiendo las calles de luz y color. Comienzan el 2 de Febrero con la festividad de la Virgen de la Candelaria, y, seguidamente, el Carnaval, caracterizado por la espontaneidad con la que los vecinos se disfrazan y salen a la calle.
Dos fiestas declaradas de Interés Turístico Regionaltienen lugar con la llegada de la primavera, la Semana Santa, caracterizada por el arreglo floral de sus tronos destacando especialmente los Encuentros; y Los Mayos, donde los peleles de trapo, ataviados y adornados con diferentes enseres se “plantan” en las calles y jardines.
Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario, se celebran a principios de octubre, donde destacan el Desfile de Carrozas y el Concurso de Migas.
En Alhama de Murcia, su celebración en los primeros años de que tenemos noticia, las murgas y comparsas que salían a las calles, daban grandes muestras de ingenio e imaginación, cantando y criticándolo todo, o alabando al pueblo que los vió nacer.
Hasta 1936, los Carnavales de Alhama de Murcia alcanzaron gran fama en la Comarca del Bajo Guadalentín. Los alhameños se agrupaban en comparsas que vestían disfraces iguales o relacionados entre sí, según el tema elegido y cantaban sencillas composiciones musicales con estrofas yestribillo a ritmo de pasodobles, vals o mazurcas, formando lo que estamos llamando “MURGAS”. Se imprimían en cuartillas que se vendían a la gente a “perrogordo”. Los murguistas se acompañaban generalmente, de pitos de caña y un bombo hecho con una “bota” o caja redonda de sardinas.
En Alhama de Murcia el Carnaval se festejaba durante los tres días principales; esto es, Domingo, Lunes y Martes, de Carnaval.
Esos días, se celebraban grandes bailes en el Casino y en el Círculo Instructivo del Obrero y las calles se llenaban de comparsas.
El Carnaval estuvo prohibido en España, desde el final de la Guerra Civil, hasta prácticamente la instauración de la Democracia.
La recuperación de la fiesta como ritual festivo, no ha llevado asociada la recuperación de la “Murga” como manifiesto creativo y espejo crítico de la sociedad alhameña. Las murgas críticas o picarescas, satíricas o costumbristas, retrato distorsionado de nuestro modo de convivir, pero también expresión creativa de la comunidad, donde el individuo actúa como protagonista y sujeto activo de la fiesta, han pasado ya a la historia.
En la actualidad Alhama de Murcia celebra los carnavales con diversos desfiles, en las tardes del Domingo de Carnaval y del sábado y Domingo de Piñata. En estas ocasiones, son los niños y los más jóvenes, los que dan color y sabor a las tardes carnavalescas de la localidad.
El Carnaval en Alhama se caracteriza por la espontaneidad con la que sus gentes salen a la calle. Ataviados con trajes más o menos vistosos, se maquillan y salen a la calle vestidos de "máscaras" que es como se llama a las gentes disfrazadas.
Se recomienda asistir al Desfile de carnaval, donde participan peñas de la localidad y peñas visitantes.
Cada año, con las primeras flores de los almendros de la huerta alhameña, se inician los preparativos para la celebración del Día de la Candelaria el 2 de febrero.
La primera referencia que aparece en los documentos sobre la festividad de la Candelaria en Alhama de Murcia la encontramos en el Libro Becerro de la Casa y Estado de los Vélez y se remonta al año 1635.
La celebración de esta festividad parece reducirse al ámbito religioso y tenemos constancia documental en el siglo XIX como una fiesta eminentemente religiosa, bendición de candelas, procesión con la imagen de la Virgen en el interior de la iglesia y en el atrio.
Ya en el siglo XX las celebraciones de la Candelaria debían seguir la misma costumbre.
En los años setenta del pasado siglo XX la celebración experimenta una importante evolución y, con la creación de la Hermandad de La Candelaria, impulsados por Dña. Josefa Romera (“La Gonzala”), se consigue disponer de una ermita en el paraje llamado “El Collado” para que la nueva imagen de la Virgen, adquirida por la Hermandad en 1980 en Olot, pueda recibir culto durante todo el año.
Desde entonces, la Hermandad de la Candelaria junto con la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Alhama organizan los actos que comienzan el día 25 de diciembre, día de Navidad, con la bajada en procesión de la Virgen de la Candelaria hasta la iglesia de La Concepción, en donde pasa cuarenta días hasta la presentación de Jesús en el templo que se produce la noche del día 1 de febrero. Esa misma noche del día 1, tiene lugar la procesión de la iglesia de La Concepción a la iglesia de San Lázaro Obispo, y al día siguiente (el día 2 de febrero, festividad de La Candelaria) se produce la llamada Procesión de los Niños y después, tras la misa, se celebra la Romería hasta su ermita en "El Collado", acompañando a la Virgen numerosos romeros y grupos musicales que le cantan durante todo el recorrido.
Tras la santa misa oficiada en la ermita de la Virgen, todos los peregrinos que han acompañado a la Virgen de La Candelaria pueden degustar platos tradicionales de la cocina regional murciana como las migas con tropezones, la paella, la tortilla de patatas, los michirones y las habas, que los romeros llevan en sus “capazas”, disfrutando de un día de fiesta y tradición amenizada con música de las rondallas.
Las primeras noticias de la celebración de fiestas en Alhama de Murcia, se remontan al año 1558, cuando en una reunión del Concejo los vecinos de la villa juraron guardar la festividad de San Lázaro (17 de diciembre), como Patrón de la localidad.
Aunque no se tienen más detalles de aquellas celebraciones, se suponen que las mismas se hacían de una manera eminentemente religiosa, aunque es también probable que los vecinos celebrasen la fiesta del Patrón con otro tipo de actos que acompañaran a la misa con sermón del día 17 de diciembre y a alguna otra función religiosa en la víspera.
Indudablemente, las fiestas del Patrón, San Lázaro Obispo, eran en aquellos años las más importantes del municipio, aunque en octubre, el día 7, se celebraban actos de menor importancia en honor a la Patrona, la Virgen del Rosario.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX, el Ayuntamiento comenzó a sufragar los gastos ocasionados por las funciones religiosas, que se celebraban en honor a la Virgen del Rosario, llegando a tener tal suntuosidad y solemnidad las novenas y misas en su honor, que a partir de 1887, los gastos que el Ayuntamiento pagaba era de 140 pesetas anuales, superando en cuatro veces lo que la iglesia gastaba en la celebración de la fiesta de San Lázaro, a pesar de que esas últimas fiestas eran las oficiales de la población y se acompañaba de otros actos lúdicos.
El Ayuntamiento de la población, en el año 1895, acordó cambiar las fiestas de diciembre a octubre, siendo este el origen de la Feria y Fiestas en honor a Nuestra Patrona, la Virgen del Rosario.
Se empezó a llamar Feria y Fiestas a partir de 1906, titulándose entonces Feria y Fiestas en honor de Nuestra Señora del Rosario y San Francisco.
En años sucesivos se unieron a la Comisión de Fiestas, los tres sacerdotes de la localidad y los alcaldes pedáneos.
Durante todos estos años los festejos que se programaban diferían muy poco de un año a otro: fuegos artificiales el día de la Patrona, conciertos musicales por alguna banda de música, cucaña, procesiones, etc.
En 1918, las fiestas se suspendieron por la epidemia de gripe que hubo en todo el país, destinándose los fondos previstos para la feria, para ayudar a las disposiciones de prevención y socorro que adoptó la Junta de Sanidad. En 1921, fueron suspendidas nuevamente a causa de la Guerra de Africa.
En la memoria de la gente quedaron las fiestas del año 1930, cuando el Regimiento de España, estuvo en Alhama, camino de Mula, adonde iba a hacer maniobras. Ese año destacaron los conciertos de la banda de música, las funciones religiosas en honor de la Virgen del Rosario y San Francisco, un partido de fútbol, donde el equipo local ganó al Albacete por cinco goles a cero o unas vaquillas que se sacrificaron y se sirvieron a la brasa.
En los años de la República continuaron celebrándose las fiestas, aumentando el presupuesto de las mismas.
Las fiestas se suspendieron durante los años de la Guerra Civil, reanudándose a la terminación de la misma, con poca diferencia en cuanto a programación con años anteriores, continuando de este modo y languideciendo durante mucho tiempo, hasta la llegada de los años setenta y ochenta, que volvieron a tomar nuevos aires y cambiaron su ubicación, dejando la calle de La Feria y centrando los festejos en la Avda. de la Constitución y plaza del mismo nombre, así como en el Parque de la Cubana y zonas limítrofes.
Con la incorporación de los jóvenes a las fiestas, ha ido cambiando el sentido de las mismas. En la actualidad las distintas peñas festivas de la localidad montan sus carpas y participan en los diversos actos programados, sobre todo en el desfile de carrozas; las cofradías de Semana Santa, ponen la nota gastronómica, al instalar diversos chiringuitos, celebrándose diversos conciertos y distintas manifestaciones músico culturales en las que participan todos los colectivos de la población.
La primavera en Alhama, despierta con una explosión de sentimientos en los que se reflejan la historia, la tradición y la cultura de un pueblo que, ha sabido manifestar en el incomparable escenario de la calle, todo el drama de la Pasión de Cristo, en un festival de colores, olores, sabores y sonidos. La Hermandad de Ntra. Señora de los Dolores y Soledad (Paso Negro) da inicio a una semana plena de sentimientos, de añoranzas y de expectación con la procesión de Viernes de Dolores. Hay que destacar el rico patrimonio de las cofradías y hermandades de Alhama que consiguen sacar en las distintas procesiones más de cuarenta pasos distintos.
La archicofradía de nuestro Padre Jesús Nazareno (Paso Morado), recorre las calles del pueblo con las últimas luces de la tarde, en un claroscuro susurrante. Avanzada la noche, dentro de un espectacular y sobrecogedor silencio solamente roto por alguna saeta y el rumor silencioso de los tambores, la cofradía de San Juan Evangelista (Paso Blanco), avanza en la oscuridad entre el olor de la cera quemada y el perfume de las flores. Las calles se llenan del serpenteante desfile de colores de túnicas y flores.
Los terciopelos y rasos rojos de la Hermandad de La Santa Mujer Verónica (Paso Colorao), junto a los pasos morados, blancos, negros y azules de los cofrades, quedan envueltos en el suave aroma de las flores que adornan profusa y artísticamente los tronos. Cada año se adquieren miles de flores para crear artísticas composiciones florales en los tronos, verdaderas obras de arte, que se funden con las imágenes que portan los diferentes pasos.
Terciopelo y raso azul. La cofradía de Santa María Magdalena (Paso Azul) en las calles de Alhama, indica que estamos en el pórtico de la parte central de nuestros desfiles: su tradicional y delicada ornamentación floral da un toque de color a la noche anterior del plenilunio de la primavera. Noche de olor y de Pasión. Nos acercamos a la noche de viernes santo con el sentimiento y el dolor del santo entierro, pero también con la esperanza, el amor y la paz.
El domingo de resurrección supone para Alhama el día más espectacular y alegre de nuestra Semana Santa. Bien temprano, a la luz del sol brillan los terciopelos bordados en oro de las cinco cofradías y hermandades con sus imágenes a hombros, acompañadas de sus bandas de música que desde itinerarios distintos confluyen en el centro de la ciudad; miles de paisanos y visitantes esperan con emoción, el momento álgido de los desfiles pasionales, el triunfo de la vida sobre la muerte: el Encuentro de Jesús resucitado con su Madre Dolorosa, acompañados de San Juan, la Verónica y María Magdalena. Es la emoción de todo un pueblo entorno a una fiesta de colores, olores, sabores y sonidos.
Declarada de Interés Turístico Regional en marzo de 1.995.
Se recomienda asistir a los Encuentros, tanto el que evoca el Encuentro de Jesús con su madre en la calle de la Amargura, en la mañana del Viernes Santo, como el que rememora el encuentro de Cristo Resucitado con María en la mañana del Domingo de Resurrección.
El MAYO es una tradición asociada al momento en que la tierra se dispone a ofrecer su nueva cosecha, contribuyendo con sus ritos y ceremonias a propiciarla.
Su origen se pierde en el tiempo, siendo una costumbre muy arraigada en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica.
En la Región de Murcia, si aludimos a las antiguas crónicas de festejos, en la noche de los mayos, los jóvenes se dedicaban a rondar y adornar con flores las casas de las jóvenes y puertas de las iglesias. Pero la costumbre que más ha perdurado es la que, al cumplirse la Cuaresma, colocaban en terrados y balcones a los “viejos”, peleles vestidos estrambóticamente. En algunos pueblos se colocaban también la noche que precedía a San Juan, en otros, la mañana del Sábado de Gloria y solía finalizar el festejo quemando, entre general algarabía, estos peleles.
En Alhama de Murcia, son escasos los datos que el saber popular nos ha podido aportar sobre esta antigua costumbre. Los mayores aún recuerdan como en el alba del día primero de mayo, los vecinos de la población instalaban unos monigotes en las puertas de las casas y en las esquinas, para permanecer expuestos todo el día y retirados al anochecer.
Tales monigotes eran los llamados Mayos, unos muñecos confeccionados con tela que se rellenaba con paja, hojas, lana, trapos, etc. y vestidos con viejas ropas de la casa, respondiendo exactamente al concepto de pelele. Se les pintaba la cara para dar rasgos humanos a su rostro, colocándoles un sombrero si lo que se trataba de representar era una figura masculina y un pañuelo a la cabeza, anudado bajo la barbilla, si se trataba de una figura femenina.
Hasta la Guerra Civil, esta tradición va a permanecer con cierta autenticidad, Los Mayos, casi llegan a desaparecer de las calles, reduciéndose a muy esporádicas apariciones, durante las décadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
En 1982, el Pleno del Ayuntamiento de Alhama de Murcia acuerda recuperar la fiesta, que se celebrará a partir de entonces, el primer domingo del mes de Mayo. Desde 1984, el Ayuntamiento de Alhama de Murcia, a través de las Concejalías de Festejos, Turismo y Cultura, organiza la fiesta de los MAYOS. En 1990 son declaradas de Interés Turístico Regional, lo que además del reconocimiento de la labor de todo un pueblo a favor de su tradición cultural, supone un nuevo aliciente para la mayor participación de los vecinos y visitantes, incentivándose por la concesión de premios, diferenciándose en tres categorías: el más original, el más tradicional, el más crítico.
Los temas básicos que se tratan suelen ser tres, la recreación de antiguos oficios ya desaparecidos y que eran típicos de Alhama; la representación de escenas de la vida cotidiana, tratadas por lo general en clave de humor y, por último y las más celebradas, las escenas satíricas que con agudeza crítica ponen de manifiesto problemas o temas puntuales del pueblo.