SAN FERMÍN EN LESAKA - LESAKAKO SANFERMINAK 2023

del 6 al 10 de julio de 2023

Programa de las Fiestas de San Fermín en Lesaka- Lesakako Sanferminak: ezpatadantzaris, kalejira, txupinazo, zubigainekoa

Sanfermines en Lesaka - Lesakako Sanferminak
Sanfermines en Lesaka - Lesakako Sanferminak

Programa de San Fermín 2023 en Lesaka

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Los Sanfermines no sólo se celebran en Pamplona. Al norte de Navarra, en plenos Pirineos, Lesaka honra al mismo patrón con un variado programa de actos. En ambas localidades las fiestas arrancan el mismo día, 6 de julio, a la misma hora, 12:00 de la mañana, y de la misma manera, con un txupinazo disparado desde la casa consistorial. Y a partir de ese momento, las dos se sumergen en sus festejos compartiendo similitudes como la música, los bailes, la alegría y la misa y procesión del día grande. 

Sin embargo, los Sanfermines de Lesaka son menos conocidos que los de Pamplona, por lo que son una buena opción para disfrutar de la fiesta sin aglomeraciones. Y además del ambiente, descubrirá una de las tradiciones más espectaculares de Lesaka: los ezpatadantzaris. Danzantes lesakarras que bailan un único día al año, el 7 de julio. Entre otras danzas, bailan el Zubigainekoa, un baile que es símbolo de la paz que se firmó en el siglo XV entre los barrios de Lesaka y que pone a prueba el equilibrio de los dantzaris que deben cuidar de no caer al río Onin, afluente del Bidasoa.

En este ritual bailado un capitán dirige a la comitiva formada por un número par de jóvenes en dos filas, unidos entre sí y al capitán por makilas (bastones). Su atuendo es blanco con escapularios y cintas de colores, alpargatas y cascabeles en las pantorrillas. Por último, la bandera de la villa será ondeada sobre el puente. 

 

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CURIOSIDADES


INDUMENTARIA EZPATADANTZARIS


El tratarse de una danza ritual, cuya parte más importante está inscrita en un ceremonial puramente religioso, va a condicionar el empleo de unos elementos, a grandes rasgos, comunes a un amplio parentesco de danzas similares; empleo del color blanco como color básico o fundamental, complementado con el rojo de ciertas prendas y adornos, bandas terciadas, escapularios…

 

En concreto cada ezpatadantzari viste camisa y pantalones blancos, alpargatas blancas con adornos rojos, faja de algodón roja, un vistoso escapulario sobre el cual se tercian dos pares de cintas de seda de colores, dos piezas de tela con cascabeles sujetas a los pantalones a la altura de las pantorrillas y boina roja.

 

Las alpargatas tienen suela de esparto y la parte superior de la tela lleva un ribete rojo que forma un lazo por delante, en el empeine. Este tipo de calzado, aun teniendo en cuenta sus peculiaridades, se puede asimilar al tipo de alpargata blanca con cintas rojas tan usado en numerosas localidades de Navarra o Bizkaia, Guipúzcoa o Rioja, etc…para este género de danzas.

 

El escapulario es en sus dos partes de forma rectangular (27×14 cm.). Ambas partes quedan unidas por cintas rojas (3×50 cm. aprox.), que pasando por los hombros van de pecho a espalda. Para dar consistencia se usa un cartón o entretela de las medidas citadas, que se cubre con tela de raso o seda de color blanco en la que va el bordado. En cada rectángulo aparecen tres porciones diferentes con otros tantos motivos o adornos. Normalmente los de los extremos son idénticos y el del centro ostenta un diseño principal, aunque también puede ser igual que los colaterales. Los temas usados son variados; flores, motivos decorativos típicos (lauburus…) y generalmente estampas de la Virgen del Carmen.

 

El capitán lleva un escapulario diferente del resto. Es más vistoso. En la parte delantera del mismo, en el centro, lleva bordado un emblema eucarístico, que nos hace pensar de nuevo en la relación de estas danzas con la festividad del Corpus Christi. A los lados de este motivo central va bordada una imagen de San Fermin, inspirada en la existente en la Parroquia de San Lorenzo de Pamplona, y otra, parecida a la anterior, que representa a San Martin de Tours, patrón de Lesaka.

 

Sobre el escapulario se colocan dos cintas de seda de colores terciados en pecho y espalda y de 10 a 11 cm. de ancho. Así pues cada dantzari lleva cuatro cintas y de cuatro colores diferentes.

 

Existe un comentario bastante extendido asegurando que estos colores deben ser los de la bandera de la villa.

Obviamente esto no es así, pues la gama empleada por los dantzaris es más rica que el conjunto de tonalidades de la bandera (la bandera de Lesaka está confeccionada con fragmentos de seda de colores rosa o rojizo, blanco, amarillo y verdoso).

 

El capitán solía llevar antaño unas bandas más anchas que el resto de sus compañeros.

 

Cada par de bandas superpuestas, se unen entre sí en los costados, a una altura aproximada a las caderas, quedando libres fragmentos de unos 30 cm. de largo. Las cintas rojas que unen los dos rectángulos del escapulario eran algo más largas, con lo cual las bandas se cruzaban, no sobre el escapulario, sino a una altura superior a la colocación de éste. Quedaban así el escapulario en su mayor parte a la vista. Este detalle se pudo constatar con la observación de fotografías antiguas del grupo.

 

Las piezas que sostienen los “zintzarris” son de paño o fieltro rojo en la parte delantera y por detrás de hilo (tela) blanco. Las dimensiones son de 23 por 18 cm. Se colocan como hemos dicho, al principio, a la altura de las corvas. Tienen cuatro aberturas verticales hechas de 4,5 cm. de distancia entre ellas. Tanto las aberturas como los bordes externos de la pieza van ribeteados de trenzadera blanca, de 1 cm. de anchura (en las aberturas se ve medio centímetro de cada lado y así, juntos los bordes, tienen la misma anchura que en el borde extremo).

 

Cada una de estas piezas lleva quince lazos equidistantes entre sí, de cinta de 1 cm. de ancho y unos tres de largo. Se utilizan dos colores para las cintas de la pieza (coincidiendo con los de la otra pierna). Se cose al paño una cinta doblada y sobre ella otra de otro color, formando ambas una cruz sobre las que se coloca el cascabel.

 

Los quince cascabeles, con sus lazos, forman tres filas horizontales con cinco cascabeles en cada una. Los cascabeles son de latón y de tamaño mediano.

 

Estas piezas se unen al pantalón por medio de dos cintas, una azul y otra roja, que unen los bordes rodeando la pantorrilla. Una vez puestas en los pantalones, quedan mirando los cascabeles hacia la parte externa de las piernas.

 

Cuando los dantzaris llevaban calzones hasta la rodilla, estas prendas que sujetan los cascabeles tendrían que ir sobre medias blancas, sujetos a las piernas justo debajo de las rodillas.

 

Existe otro modelo más moderno, que se diferencia de este en que tiene tres aberturas en vez de cuatro, llevando cuatro filas de cascabeles y con un total de dieciséis cascabeles.

En todo momento, los dantzaris, mientras actúan, llevan la cabeza cubierta con txapela roja. Hoy día este tocado se nos presenta como algo ya tradicional e insustituible. Pero cabe plantearse cuando fue el momento de su introducción en el uniforme de los dantzaris de Lesaka.

 

Analizando esquemáticamente la indumentaria propia del S. XVIII y parte del S. XIX, se puede asegurar que los hombres que interpretan esta danza de Lesaka, llevaban anteriormente pañuelos anudados a la cabeza recogiendo el cabello. Podría salir a relucir aquí también, el empleo de sombreros sobre los pañuelos mencionados pero carecemos actualmente de datos que aporten detalles sobre este apartado.

 

De todas formas el empleo de la boina parece ser más antiguo en esta zona. Son varios los autores que afirman que la introducción de esta prenda tuvo lugar a raiz de la primera guerra carlista (1833-1839).

 

A la vista de esto podríamos deducir que tal cambio pudo tener lugar en una época anterior a la segunda mitad del pasado siglo. Pero también hemos de tener en cuenta que nos encontramos en un ámbito ritualista, en el que la usanza tradicional tiene mucha inercia a la hora del cambio, siendo entonces la sustitución del tocado de los dantzaris por la boina, tarea no fácil, o al menos discutida, y por tanto posterior.

 

De todos modos, consideramos que ha sido este un proceso natural, aceptable y aceptado, lo mismo que el cambio de los calzones antiguos por los actuales pantalones, cambio que también tuvo lugar en el transcurso del pasado siglo. De hecho, en Lesaka, nunca se ha planteado, por lo menos de forma generalizada, el hacer una retrospección sobre la vestimenta de los dantzaris.

 

Hemos visto cómo ha habido una evolución en la indumentaria. Evolución que en ningún momento se ha calificado como negativa y que ha sido paralela a la de otros grupos similares.

 

**Información recogida de la Revista Txistulari

 

 

LA INDUMENTARIA DE LAS MUCHACHAS QUE INTERVIENEN EN LAS DANZAS DE LESAKA


Dos consideraciones hay que tener en cuenta para hablar sobre este particular:

 

-Un modo de antecedente, que es el empleo de trajes blancos por las mozas en la danza en diferentes pueblos de la zona; Bera, Arantza, Doneztebe… Estos trajes son propiedad de cada muchacha.

 

 -El tratarse estas danzas de Lesaka en las que intervienen muchachas, de unas danzas en principio abiertas, no exclusivas de dantzaris, y en las que se podría participar con cualquier vestimenta de uso común, y de carácter festivo.

Don Santiago Irigoyen, testigo de muchas actuaciones de los dantzaris y de las mozas que les acompañan, recuerda haber visto bailar a cada muchacha con su vestido de fiesta, tal como se anticipa en el segundo punto.

 

No obstante, lo más normal, al menos en los últimos 50 años, es el empleo de trajes blancos, lo que, de acuerdo con el primer punto señalado, puede hacernos asegurar la antigüedad y tradición de esta indumentaria en Lesaka.

 

Dentro de este tipo de indumentaria, el modelo más antiguo que se recuerda en Lesaka, consta de falda blanca y corpiño rojo. La falda de tablas, llegaba hasta debajo de la rodilla y en el bajo llevaban dos franjas rojas (de unos 8 cm.). Se usaba también alpargata blanca con cinta roja. No se llevaban medias. La blusa era blanca, atada a la espalda y cerrada. El corpiño, escotado, se ataba con cordones en el delantero. La “capitana” llevaba un vistoso pañuelo sobre los hombros.

 

Con ocasión de una actuación del grupo en el Teatro Gayarre de Pamplona, hacia 1945, el traje se modificó, ya que según los organizadores no eran muy vistosos. Se confeccionó entonces un nuevo traje. Las faldas eran de tablas, blancas pero sin franjas rojas. Encima de esta falda iba otra con la parte interior de color rojo o azul. Esta sobrefalda se levantaba hasta la cintura y se ataba por detrás a la altura de la cadera, dejando ver así el color rojo o azul de la vuelta. El corpiño era del mismo color que la vuelta de la sobrefalda asi como el lazo de las alpargatas. Para la “neska-dantza” se colocaban las mozas alternando los colores azul y rojo.

 

Después del empleo de este traje, se volvió a usar el descrito anteriormente, que también es empleado por las mozas de Aranaz.

 

El traje actual lo ideó Don Fracisco Arraras. Consta de falda larga de paño de diferentes colores, blusa blanca, corpiño de paño de color diferente a la falda, pañuelo blanco para la cabeza y zapatos negros. Colgando de la cintura se llevan dos pañuelos blancos doblados, al igual que en los modelos anteriores, que se emplean para la “neska-dantza”.

 

Según las propias muchachas este traje resulta pesado y caluroso. Posee además una chaquetilla de paño que no se ha usado apenas.

 

Hace unos años, debido al deterioro de los trajes y necesidad de renovarlos y tras consultar con entendidos en la materia, se realizaron ciertos cambios, como dar mayor amplitud al delantal, más vuelo y largura a las faldas, sustituir los zapatos por alpargatas…

 

***Información recogida de la Revista Txistulari.