Fiestas en Soria
Semana Santa de El Burgo de Osma.
Entre los muchos pueblos que celebran procesiones y actos litúrgicos en Semana Santa destaca la de El Burgo de Osma, declarada Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León. Cuenta con
cerca de veinte pasos, entre ellos un Cristo Resucitado del siglo XVI, copia de un original de Juan de Juni.
Los actos comienzan el Viernes de Dolores con el Vía Crucis, saliendo de la Catedral gótica y llega a la Cruz del Siglo.
El Domingo de Ramos se celebra la Procesión de los Ramos cuyo itinerario termina en la catedral.
El Lunes Santo tiene lugar la Procesión de la Piedad, continuando el Martes Santo con un Vía Crucis penitencial con los paso del Ecce Homo, Jesús Crucificado y la
Soledad.
El Miércoles Santo, por la mañana, se celebra la Misa Crismal donde se bendicen los óleos para la celebración de los Sacramentos. Por la noche, en la Procesión del Perdón se sacan los pasos
del Beso de Judas y la Flagelación del Señor, los cuales se unirán posteriormente con los de Jesús de Medinaceli y la Caída de Jesús para llegar juntos a la catedral.
El Jueves Santo se oficia la Misa Estacional de la Cena del Señor. Por la noche desfila la Procesión del Silencio, con los pasos de la Cena del Señor y la Oración del Huerto que al llegar a
la catedral celebra la Hora Santa.
El Viernes Santo, por la tarde, se celebra la Pasión y Muerte del Señor. Al anochecer habrá un desfile procesional con todos los pasos y cofrades.
El Sábado Santo se puede asistir a una Vigilia Pascual concelebrada por el Obispo, clero catedralicio y Padres Carmelitas.
El Domingo de Resurrección tiene lugar la última procesión, la del Encuentro de la Virgen con su Hijo Jesucristo Resucitado en la Plaza Mayor.
Semana Santa en Soria.
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La Semana Santa de Soria, declarada Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León, es uno de los múltiples atractivos que posee esta muy noble, muy leal y antiquísima ciudad. Semana Santa silenciosa y austera, devocional; fiel reflejo de la sociedad soriana que la sustenta. Destaca por su intenso sentimiento religioso.
Sus tallas se encuentran a la altura de las gandes tallas castellanas (de gran valor artístico en escultura policromada) que participan en la Semana Santa en Castilla y León. Como muestra de ello, podemos contemplar durante la Semana de Pasión la bella imagen del Cristo del Humilladero (siglo XVI), atribuido a Juan de Juni o a su escuela. Todo ello convierte sus procesiones, y en especial la Procesion General del Santo Entierro de Cristo la tarde-noche de Viernes Santo, en muestras de religiosidad de corte familiar, íntimo, propio de los sorianos y forasteros que las contemplan.
Procesiones tradicionales, siempre a la misma hora y pasando por la Calle del Collado; como el Via Crucis de las Santas Caídas y la Procesión del Silencia la noche de Jueves Santo, o la Predicación de las Santas Palabras la mañana de Viernes Santo desde los siete balcones de costumbre. Como escenario, las viejas callejas, callejones, plazas y plazoletas de una mágica ciudad que todavía conserva el encanto mágico de antaño. Existen rincones en los cuales el tiempo se resiste a avanzar, parece detenido a perpetuidad; especialmente al caer el sol. Tras tres años de recopilación de información por parte de la Junta de Cofradías de Semana Santa de la Ciudad, el 8 de agosto de 2008 se publicó en el Boletín Oficial de Castilla y León la Orden de la Cosejería de Cultura y Turismo por la que se declara Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León a la Semana Santa Soriana.
Viernes Santo en Ágreda.
Cabe destacar la importancia del Viernes Santo de Ágreda, declarado de Interés Turístico Regional desde el año 2000, con el protagonismo de los felipecuartos de la Cofradía de la Vera Cruz (1556). Las celebraciones siguen un riguroso protocolo conservado desde tiempo inmemorial y los felipecuartos muestran un atuendo inspirado en la nobleza de la época del rey Felipe IV o quizás en la indumentaria del propio monarca, que visitó en varias ocasiones la villa por contar como consejera con Sor María de Jesús de Ágreda. Los desfiles llenan calles y plazas con un profundo sentir en un ambiente sobrio, tradicional y religioso.
En la mañana del Viernes Santo, la Cofradía desfila por las calles de la villa siguiendo un protocolo secular. Se trasladan las imágenes a la Basílica de Ntra. Sra.
de los Milagros para celebrar el Sermón de las Siete Palabras, durante el que se produce el cambio de guardia de soldados romanos que custodian el Calvario. En la tarde noche
tiene lugar la procesión del Santo Entierro.
Fiestas de San Pascual Bailón y El Zarrón en Almazán.
La Fiesta del Zarrón, declarada de Interés Turístico de Castilla y León, implica la participación de todos los habitantes de Almazán, localidad de la
provincia de Soria. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX cuando se fundó la cofradía de San Pascual Bailón. Desde entonces se saca al Santo en procesión todos los 17 de mayo
acompañado de un rito ancestral.
A lo largo del recorrido cuatro cofrades llevarán en andas al Santo, custodiado por los mayordomos y protegido por el Zarrón, una figura esperpéntica ataviada con ropas pastoriles y un sombrero
negro adornado con plumas y rabos de zorro. La misión de estos tres personajes -son tres zarrones- es abrir paso para permitir que los danzantes -ocho parejas precedidas por un palillero y que
marcan el ritmo con castañuelas- puedan avanzar, siempre dando la cara al Santo. La misión original del zarrón era la de detener y espantar los muchachos que en semenjantes fiestas
inquietan y enfadan a los cofrades, y así para más horror de estos, los visten en hábitos y figura del diablo, esto hizo que con el tiempo cambiara el sentido de la fiesta ya que, al tratar de
defenderse los zarrones con la zambomba, lo que hicieron fue animar a la gente a ir a desafiarles como un acto de valentía, que es lo que dio pie a la tradición que se ha mantenido.
La procesión se desarrolla por la plaza y cuando el Santo vuelve a la iglesia se grita: '¡Viva San Pascual Bailón!' y todos responden '¡Viva!... ¡Viva el Zarrón!', y responden: '¡Muera!'.
Entonces los zarrones comienzan a dar palos y a correr a todos los que están alrededor. Los jóvenes se cruzan en su camino y éstos les persiguen. Es ahora cuando la fiesta religiosa concluye para
dar paso a la profana. Los mayordomos lanzan caramelos para que se formen corros y el Zarrón acude para espantar a las gentes. Cuando termina la procesión todos se dirigen a casa del mayordomo,
un miembro de la Cofradía, a tomar la soparra, una bebida típica de la fiesta que consiste en hogaza, vino y azúcar.
Fiesta del Paso del Fuego y Las Móndidas en San Pedro Manrique.
De origen inmemorial, probablemente celtibérico, se celebra LA NOCHE DE SAN JUÁN, el 23 de Junio, aunque está dedicado a la Virgen de la Peña, celebrándose este rito milenario frente a su iglesia. Se hace una gran hoguera con centenares de kilos de madera de roble que a medida que se va consumiendo, dos hombres van extendiendo las ascuas hasta que se forma una incandescente alfombra roja. Pasada la media noche, una pequeña banda anuncia con un bailable el comienzo del rito y aparecen en el recinto “Las móndidas” y las autoridades; ya “los pasadores” ceñida la faja roja y descalzos están preparados junto al fuego. Tras un toque de clarín, inician la danza pasando las brasas y pisan con fuerza las mismas, saliendo airosos y sonrientes de la prueba. Si bien algunos atribuyen el hecho de no quemarse a la intercesión de la Virgen, la explicación de este hecho, es que la fuerte pisada contra el ascua que elimina la combustión haciendo que la planta del pie permanezca intacta, y por eso algunos pasadores se colocan a sus espaldas a una o dos personas. También la magia de la Noche de San Juan y el “ZURRACAPOTE” (brebaje local basándose en vino tinto, pan y azúcar), influyen en este hecho. Se suelen contar horribles historias sobre los que pasaron el fuego sin ser de la villa, por lo que hay pocos forasteros que se dedican a hacerlo.
Con el nuevo día se celebra la fiesta de las “MONDIDAS”, que son tres jóvenes de San Pedro Manrique elegidas por sorteo entre las mozas solteras y que se encargarán de presidir los actos festivos del día 24. Van ataviadas con elegantes trajes blancos y cubiertas con mantones de manila y portando sobre sus cabezas un enorme sombrero adornado con flores y rematado con pan y cinco o seis larguísimas varitas impregnadas de masa de harina y azafrán.
Las móndidas, desfilan ofreciendo la principal de ellas el primer “arbujuelo” al sacerdote. La fiesta termina con el baile de las móndidas, acompañadas de las autoridades en torno al “mayo” plantado en la plaza.
Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios en Soria.
Con la llegada de San Juan, toda la ciudad de Soria se transforma en una auténtica algarabía en la que participan tanto los sorianos como los turistas y visitantes. Se trata de una fiesta,
declarada de Interés Turístico de Castilla y León, que lleva celebrándose desde el siglo XII. La ciudad se divide en doce cuadrillas, que representan a cada uno de los barrios y,
al frente, se nombra un 'jurado' que tendrá que organizar la fiesta de su zona.
Cada día tiene sus propias actividades e incluso su propio nombre. Una de las jornadas más llamativas es la del Jueves de Saca cuando, tanto a pie como a caballo, se
trasladan los novillos desde el Monte Valonsadero hasta la capital. A media mañana se recoge el ganado en Cañadahonda para acercarlo hasta la Vega de San Millán, paso previo de la becerra que se
celebrará en la plaza de toros.
El viernes, 'Día de toros', se lidian 12 novillos en dos sesiones, seis por la mañana y otros seis por la tarde. El reparto de la tajada del novillo (los vecinos compran un
vale para obtener la carne) y la subasta de los despojos (las mejores piezas) protagonizan el Sábado Agés, donde los actos principales son de nuevo los encierros y corridas.
Los agés corren a cargo de las diversas cuadrillas que llevan la fiesta a sus respectivos barrios. En este momento cada vecino recibirá su tajada de carne, ahora preparada por los mozos y
aderezada con otros productos entre los que no falta el vino, los aguardientes y las pastas.
Pero, sin duda, el Domingo de Calderas es el día grande de estas fiestas sorianas de San Juan. A primera hora de la mañana todos los habitantes se concentran en la Plaza
Mayor para, a eso de media mañana, arrancar con el desfile de Calderas. Se dirigirán hasta la Alameda de Cervantes. Una a una las cuadrillas irán desfilando, muchas ataviadas con el traje típico
soriano. Detrás de la caldera una gran olla de cobre en cuyo interior se transporta la caldereta de carne de toro guisada con pollo asado, chorizo y huevos duros. Ya en la alameda, tanto sorianos
como forasteros tomarán la caldereta regada con vino. Es lo que se conoce con el nombre del banquete franco.
El punto y final lo pone el Lunes de Bailas, protagonizado por un desfile procesional en el que cada cuadrilla porta su santo titular. Tras la misa, en la ermita de La
Soledad, cada talla volverá a su templo. Por la tarde un último desfile -por el camino que llega hasta San Polo- y una verbena popular darán por concluidas las fiestas de San Juan en
Soria.
Fiestas de Nuestra Señora de la Virgen del Pino y San Roque en Vinuesa.
Las fiestas patronales de Vinuesa (Soria) tienen como protagonista al pino, un árbol que ha tenido gran importancia en esta zona y la seña de identidad que la propia patrona lleva implícita
en el nombre: Nuestra Señora de la Virgen del Pino. La Pingada del Mayo marca el inicio de esta manifestación popular, declarada de Interés Turístico de Castilla y León, y que tiene su origen en
las peleas entre las gentes de Vinuesa y las de Covaleda por disfrutar del gran pinar que separa a ambas localidades. Disputa que se agravó cuando apareció la imagen de Nuestra Señora de la
Virgen del Pino dentro del tronco de un árbol cuyas raíces pertenecían a un pueblo y las ramas al otro.
Al final la riña se saldó con la apropiación del pinar por parte de los de Covaleda y de la imagen por parte de los de Vinuesa.
En la Pingada del Mayo, el 14 de agosto, participan los vecinos del pueblo. Consiste en levantar en medio de la Plaza Mayor y ante la ermita de la Soledad, dos troncos de
pino, símbolo de la fertilidad, que suelen medir 30 metros. Al anochecer la Mayordoma ofrece a la patrona una vela en nombre de todo el pueblo, a quien la acompañan dos hombres que también portan
velas de aceite encendidas.
La procesión y la misa en honor de los Patrones de la Villa y los bailes de las dos cofradías de la localidad, la de San Roque y la de Nuestra Señora en el campo verde centran los actos del
día 15.
Junto a la Pingada, la Pinochada es otro de los actos más emblemáticos de estas fiestas, que se celebra el día 16 de agosto. Las mujeres del pueblo, desde niñas hasta
ancianas, se visten con el traje de piñorra y salen en procesión portando una rama de pino, que llaman pinocho. Es el día en que se representa la disputa entre los dos pueblos, de modo que las
dos cofradías del pueblo, la de Nuestra Señora del Pino y la de San Roque, una de casados y otra de solteros, respectivamente, se enfrentan de forma simbólica. Al final ganan los casados y llega
el momento en que las mujeres comienzan a dar pinochazos, golpes con las ramas de vino. La fiesta continúa a lo largo del día con diversas actividades.
Los dos días restantes son días de toros, el primero -el 17- se lidiarán las reses. El día 18 por la mañana hay vaquillas, cucañas y juegos para los niños en la plaza improvisada, además
del típico corte de troncos donde tanto locales como forasteros pueden demostrar sus habilidades. Luego tiene lugar la tradicional Caldereta en El Regajo, paraje rodeado de pinos. La caldereta se
elabora con la carne de los toros lidiados y se reparte entre todos los asistentes. La verbena posterior y el disparo de cohetes pone el punto y final a estas fiestas hasta el próximo año.
La Soldadesca en Iruecha.
La fiesta de la Soldadesca, que se celebra en la localidad soriana de Iruecha, es una de las más originales de toda la provincia, algo que le ha valido la declaración de Fiesta de Interés
Turístico de Castilla y León. Consiste en el simulacro de una batalla a caballo en la que cuatro moros se baten contra cuatro cristianos por la conquista de la imagen del pueblo, la Virgen de la
Cabeza. Durante el enfrentamiento los actores -que alcanzan el número de once- recitan un texto de contenido religioso, que culminará con la aparición del ángel que convertirá al cristianismo a
uno de los últimos traidores.
A lo largo de dos horas la representación dejará maravillados a los visitantes, algo que se verá incrementado por el escenario al aire libre y por las vestimentas que usan los
protagonistas. Las propias mujeres del pueblo acuden vestidas de moras y cristianas para sujetar el estandarte del bando correspondiente durante la batalla. Este mismo día, ya por la noche, tiene
lugar el Rosario de las Flores. Se trata de una procesión nocturna en la que cada participante porta un farol de colores llamativos.
La bajada de Jesús Nazareno en Almazán.
La localidad soriana de Almazán celebra, con motivo de los festejos patronales, la Bajada de Jesús Nazareno, una fiesta declarada de Interés Turístico de Castilla y León.
Se trata de una procesión nocturna a la que acude todo el pueblo para llevar a su patrón, Jesús Nazareno, hasta la ermita. Allí estará durante el resto del año, después de nueve días en los
que ha permanecido en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Campanario.
El desfile parte de la iglesia parroquial. Justo cuando llega a la esquina de la plaza se apagan las luces. A su paso, una explosión de fuegos artificiales, monteros y tracas romperán el
silencio. Los vítores de los vecinos que despiden a su patrón sobrepasarán el estridente ruido de la pólvora. Aplacado el estruendo, la procesión se dirige hasta la ermita de Jesús Nazareno donde
tendrá lugar la ofrenda floral. Todos los vecinos pasarán a dejar su flor ante los pies del patrón, una talla del siglo XVII de la escuela castellana, para despedirle hasta el próximo año.