FIESTAS EN ONTINYENT

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Fiestas de Moros y Cristianos en ONTINYENT 2024

del 22 al 26 de agosto de 2024 Ontinyent celebra sus fiestas de Moros y Cristianos con un variado programa de actividades: entrada mora y cristiana, desfile de Alardos, procesión, conciertos, castillo de fuegos artificiales...

Moros y Cristianos de Ontinyent - Onteniente
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Calendario festivo en Ontinyent

Fiestas de Moros y Cristianos en Ontinyent

 

Las fiestas de Moros y Cristianos son las más tradicionales y simbólicas de la ciudad, y se realizan en honor al Santísimo Cristo de la Agonía. Están consideradas de Interés Turístico Nacional, y a pesar de no tener la consideración de Fiesta Mayor, sí que se trata, sin lugar a dudas, de la fiesta más multitudinaria.

 

Los Moros y Cristianos en Ontinyent tuvieron una representación propia en la época barroca, ligada a la disparada y el nombramiento de capitanes para la fiesta de la Purísima. Esta celebración de soldadesca desapareció pronto, y fue en 1860 cuando los miembros del Casino Liberal, con la colaboración del Ayuntamiento, comenzaron las fiestas importando los vecinos modelos mariolencos para generar una fiesta estival, a celebrar entre la siega y la vendimia del campo, y de carácter popular.

 

La estructura festiva se organiza de tal manera que las primeras comparsas ostentan la Capitanía anual de todo el respectivo bando, y las que hacen siete nombran a los Embajadores y Abanderados. Los cargos son renovados cada año. La primera comparsa pasa a ser la última al año siguiente.

 

Las fiestas se celebran el fin de semana correspondiente al cuarto domingo de agosto. Empiezan el domingo anterior con el Desayuno de la Lágrima y el Pregón de Fiestas-Presentación de Cargos. En los días que siguen, la Semana Grande, se organizan distintas actividades lúdicas. El jueves tendrá lugar la entrada de Bandas de Música, que concluye con la interpretación conjunta del himno oficial de fiestas y de la ciudad, la marcha mora "Chimo" del Maestro José María Ferrero. Por la noche tienen lugar los Alardos, un concurrido desfile de disfraces. El viernes por la mañana está la Entrada Infantil, y por la tarde la Entrada Cristiana y la Entrada Mora. El sábado empieza con la primera Diana y sigue con el acto del Contrabando protagonizado por las comparsas de los Marineros y de los Contrabandistas.

 

Por la tarde se hace la Bajada del Cristo, el acto más emotivo para los festeros, junto con el Contrabando, de las fiestas de Ontinyent. Por la noche, y como recuerdo de la antigua Noche del Río, se hace un “Correfocs”, algunas comparsas desfilan en retreta, se dispara un castillo de fuegos artificiales y hay una actuación musical. El domingo está la Diana de Gala, la Misa Mayor, el homenaje a los ancianos del Hospital de Beneficencia y la procesión. El lunes es el turno de los disparos de arcabucería y las Embajadas. Los embajadores de ambos lados, escenifican un duelo por el poder de la villa interpretando los versos de Joaquín José Cervino, escritos exclusivamente para Ontinyent en 1860.

 

 

Fiestas Patronales de la Purísima en Ontinyent

 

Cuando la Fiesta Mayor de Ontinyent, la de la patrona Inmaculada Concepción, se ceñía estrictamente a los días de la celebración de su novena, la conmemoración se iniciaba el día de Santo Tomás, el 30 de noviembre, con el canto de la maravillosa melodía de "L'Anunci Angèlic" por parte dels Angelets, declarado Bien Inmaterial de Relevancia Local, niños y niñas que entonaban nuestra joya patrimonial más apreciada. Ahora, con la celebración de los principales actos en fin de semana, el Cant dels Angelets ha pasado a tener lugar la semana siguiente a la Feria y como preludio del pregón de las fiestas.

 

 Els Angelets es de lo mejor que ha ofrecido Ontinyent al panorama festivo valenciano. El canto, supuesto de 1660, es acompañado de esta letra:

 

 

    Hui del cel nova ha aplegat,

    que Ontinyent amb devoció

    festeja la Concepció

    de Maria sens pecat.

 

    Vos faig saber que este día

    tota la Cort Celestial

    en Majestat sens igual

    festeja també a Maria

 

    Animeu-vos puix Cristians

    i a la que és Mare de Déu

    festejeu i alcançareu

    de son Fill mercés molt grans

 

    Com és fill tan encumbrat

    el qui a sa mare honrarà

    en el Cel li ho pagarà

    fent-lo benaventurat.

 

 

Y cuando termina el "Anunci Angèlic", alguien lanza el imprescindible vítor, el "Visca la Puríssima Concepció!!", que respondemos todos con un "Visca" potente, seguido por otro grito nada solemne, pero bien arraigado, venido del recuerdo de los años en que la cercana fiesta del toro corría el peligro de no celebrarse: "Bou! Bou a la Vila!".

 

Los días 7 y 8 son aún los más grandes de Ontinyent, nuestra Fiesta Mayor a la patrona única canónica de la Vila Reial y Ciudad. Tiene lugar desde 1642 y es vivida con la mayor solemnidad. En la tarde del día 7, noche de víspera, esta la celebración de la retreta y la salida más multitudinaria del año de los "Gegants i Cabets" por las calles mayores de la Vila y del Raval. Por la noche, se celebra la más antigua y solemne de las danzadas locales.

 

El día de la patrona empieza de buena mañana con el volteo de la campana que lleva su nombre, anunciando la misa del Descubrir en el templo de la Asunción. Un todo de actos religiosos siguen a este, adornado con un Rosario público por las calles mientras, de fondo, va escuchándose el comienzo de la "despertà", con muchos cohetes. .

 

El Repique de la Purísima, desde el campanario de la Vila, precede la misa Mayor Pontifical, a la que seguirá una "mascletà".

 

Por la tarde está la procesión general, encabezada por los "Gegants i Cabets", y seguida por los bailes dels Arquets, de la Veta y dels Cavallets. Cuando la imagen de la Purísima está en la puerta del templo mayor, se dispara un castillo de fuegos artificiales.

 

El sábado posterior, recoge la celebración de un acto ahora institucional y antes popular. Una recolecta para la financiación de la fiesta que se conoce como "l'Asguinaldo". Antes, comenzaba por Sant Esteve, el 26 de diciembre, y desde el siglo XVIII consistía en la visita del cura o el beneficiado responsabilizado casa por casa, sin dejar ninguna masía o finca del amplio término, acompañado de un reducido y cambiante número de músicos y cantores, dos farolillos, un estandarte con la efigie de la patrona y una muchedumbre de niños. Cuando llegaba a una casa se hacía la pregunta de rigor: "Què volen, cants o responsos?", si estaban de duelo, sólo se rogaba, y en el caso contrario, se entonaban algunas de las muchas coblas existentes, o se inventaban otras nuevas, como cuando los regidores improvisaban en las visitas de la comitiva al Ayuntamiento, documentadas sólo a partir de 1886. En obsequio a la Purísima, no faltaba el maíz, o las ristras de ajos, o bien el dinero. Ahora, es una visita protocolaria de la Junta de Fiestas a determinadas instituciones locales como el Ayuntamiento.

 

A la mañana siguiente, la imagen de la Purísima, después de la misa de dobla, es llevada a su capilla, cosa que supone la finalización de las fiestas.

 

 

El Bou en Ontinyent

 

El primer fin de semana de diciembre, por la tarde, tres toros recorren, consecutivamente, las calles del pueblo, desde el Camí dels Carros pasando por la Canterería, el pont Vell, la plaza de Baix, la plaza de Dalt o del Ayuntamiento y el Ravalet. Uno de ellos, cada día, es subido a pasear por las calles y callejones sin salida de la Vila. Todo un gozo para los centenares de corredores y millares de asistentes a una de las citas más interesantes de nuestro calendario. La ciudad se transforma por unas horas y se llena de una alegría especial que sólo puede sentirse en estas pocas horas. Toda una experiencia el correr, el mirar como corren, el acercarse al animal, el botar la cuerda delante de los cuernos y el entonar, junto a tantas voces, la canción más acostumbrada para citar al animal: "La Xata Merenguera, huit, nou, deu...".

 

El día anterior, el viernes, y en la plaza Major, delante del corral improvisado a las puertas del mismo Ayuntamiento, tiene lugar el acto de la Embolada. Las astas de los tres toros son recubiertas por las bolas que evitarán el día siguiente incidentes serios. Todo un arte centenario que, ahora mismo, continúan manteniendo bien vigente los portadores de la cuerda del Bou.

 

La fiesta del Bou se completa con la suelta, el sábado por la mañana, de una vaquilla o un becerro, destinado a que los más jóvenes vayan tomando contacto con la fiesta, y con la degustación del plato más típico de estas fechas, la cazuela de arroz al horno.

 

El fin de semana, el domingo, acoge también, la ofrenda de flores a la patrona. La imagen de la Purísima es obsequiada con ramos y cestas por las diferentes instituciones y asociaciones de Ontinyent que así lo deseen.

 

 

La Feria de Ontinyent

 

Cuando llega el tercer lunes de Noviembre, con el fin de semana que le precede, es uno de los días más esperadas por los habitantes de Ontinyent, la Fira. Este mercado, centrado ahora en paradas de mil productos y en toda una numerosa lista de atracciones mecánicas, nació por privilegio real en 1418, lo que motivó enfrentamientos históricos con las villas de Albaida y de Cocentaina por la fijación definitiva de fechas, ya que la celebración de una feria con condiciones de éxito era indispensable para el sostenimiento de la economía local durante centurias.

 

Ligada a la feria y al mes de octubre encontramos una de nuestras tradiciones culinarias, la Coca de Fira, hecha sobre pasta seca, con tocino, longanizas, nuestras tan queridas butifarras de cebolla, y con un ingrediente muy especial: los "pebrassos" o setas, que los expertos buscadores de Ontinyent encuentran en estas semanas otoñales, tanto por el término municipal, por el del vecindario e incluso muy lejos de la ciudad.

 

Ligada al lunes de Fira, y hasta hace pocos años, se desarrolla el último resto de les "Festes de Folls" de Ontinyent: la celebración de los Quintos, que paseaban, todos pintados y con sombreros, repartiendo versos a cambio de dinero. Con la desaparición del servicio militar obligatorio también acabó la costumbre.

 

Esta fiesta ha sido declarada de Interés Turístico Autonómico en el año 2022

 

 

 

Semana Santa y Pascua en Ontinyent

 

El domingo posterior al primer plenilunio de la primavera, se celebra la Pascua Florida. Los días anteriores a esta festividad son conocidos como la Semana Santa, y en Ontinyent, se conmemoran con solemnidades públicas desde el siglo XV. La más antigua de las cofradías ontinyentines es la cofradía del Ecce Homo o también conocida como la “Capeta de la Sang” -fundada a finales del siglo XV- se remonta a tiempos medievales y es heredera de aquellos movimientos penitenciales que expresaban su devoción mediante la pública flagelación. También es muy antigua la cofradía de la Soledad que data de 1610.

 

La Junta de Hermandades y Cofradías de Ontinyent es la encargada de regular los actos de Semana Santa que conforman un completo programa de actos. En los últimos años, esta fiesta ha vivido una pujanza, basada en la recuperación de formas y costumbres propias de Ontinyent.

 

Ahora mismo son once las cofradías ontinyentinas, muchas de ellas de origen gremial: “el Temple”, “l'Oració de l'Hort” (el paso de los Papeleros), “Jesús nugat a la columna i assotat pels botxins” (el paso de los Labradores), “l'Ecce Homo” (la Capeta de la Sang o el paso de los Carreteros y Vinateros) la más antigua de las entidades sociales ontinyentines, la Santa Faç, “Nostre Pare Jesús Natzarè” (el paso de los Carpinteros y de los Obreros), “la Dolorosa” (el paso de los Carniceros), “el Crist de l'Expiració i Nostra Senyora del Patrocini”, “el Crist de la Palma” (el paso de los harineros y azucareros (Gremi de les Arts Blanques), “el Sant Sepulcre” (el paso del Textil) y “la Soledat” (el paso del Ayuntamiento). De entre todas las figuras que procesionan cabe destacar dos obras de Mariano Benlliure (Valencia 8 de septiembre de 1862 - Madrid, 9 de noviembre de 1947), uno de los más famosos escultores españoles de la época que está considerado como el último gran maestro del realismo del siglo XIX: concretamente se trata del “Crist Jacent” entregado por los fabricantes textiles al Ayuntamiento en 1943, y la imagen de la “Soledat” sufragada por el consistorio en 1944.

 

Los actos empiezan con la presentación del Cartel y del Libro-Programa, y el Pregón, recientemente se viene organizando un concurso fotográfico. Los actos centrales se inician el Domingo de Ramos con el Via Crucis organizado por la cofradía del “Crist de la Palma”. El Jueves Santo tiene lugar en el barrio de la Vila la espectacular Procesión del Silencio, organizada por la hermandad del “Crist de l'Expiració i Nostra Senyora del Patrocini” y la cofradía de la “Soledat”. Los participantes, a oscuras, provistos sólo con antorchas y en total silencio, recorren el barrio medieval en compañía de los tradicionales personajes bíblicos.

 

El Viernes Santo por la mañana, las procesiones del “Temple”, “l’Oració de l’Hort”, la “Santa Faç” i el “Crist de l'Expiració i Nostra Senyora del Patrocini”. Al mediodía en la Plaza Mayor, tiene lugar el acto del Encuentro Doloroso entre las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Dolorosa. Por la tarde la multitudinaria procesión del Santo Entierro, siendo esta la única procesión en que participan todas las imágenes. Algunas cofradías aún conservan la costumbre de repartir caramelos entre el público.

 

Los actos continúan el sábado por la mañana, el Oficio de Tinieblas en la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción de Santa María organizado por las cofradías del Cristo de la Palma y del Santo Sepulcro.

 

Prosiguen en la Noche de los Panderos, donde después de quemar las Viejas Cuaresmas se desfila por las calles del barrio medieval con tambores, pitos, matracas y los "panderos", rastros de latas e hierros atados de grandes cuerdas que son arrastrados y golpeados con palos por la chiquillería. Después de alborotar todo el vecindario, era costumbre abandonarlos a la puerta del Ayuntamiento... También se canta la canción de Resurrección:

 

"Ratetes, ratetes, eixiu del forat, que el nostre Senyor ha ressuscitat!".

 

"Ous, ous, bones pasqües bon dijous. La gallina lloca, cova en la cassola, cou el ponedor. Bones garrotades al senyó rector...!!!".

 

La segunda parte de la canción era entonada también por los niños y las niñas el Miércoles Santo, en el acto de la Salpassa, perdido hoy en día.

 

El Domingo de Pascua se realiza el Encuentro Glorioso entre el Cristo Resucitado, que recibe culto en la iglesia de San Francisco, y la Virgen de la Esperanza, que recibe culto en la iglesia de San Miguel Arcángel. Este acto que desapareció en la tercera década del siglo XX se recuperó en el año 2006. Tiene lugar delante del Ayuntamiento, desde donde se lanzaban miles de aleluyas con textos alusivos al acto. En recuerdo de la antigua disparada de arcabucería que acompañaba el encuentro, hoy se reparten muchos caramelos.

 

Una de las características más interesantes de la Semana Santa de Ontinyent es el uso de unos vestidos tradicionales llamados "Ròssegues", usados por los jurados de la antigua villa real en los tiempos de duelo municipal en época barroca. Se caracterizan por sus largas colas, de unos tres metros. Actualmente han desaparecido las múltiples y coloristas ròssegues antiguas, y sólo se puede admirar las rossegas de a cofradía de los Azotes a Jesús en la Columna, conocida también como el paso de los Labradores, que son de color negro. Aunque la cofradía del “Crist de la Palma” ha recuperado alguna antigua cedida por hombres mayores.

 

Relacionadas con la Semana Santa hay una serie de costumbres ontinyentinas bien interesantes. En determinadas escuelas aún se conserva la tradición de elaborar las "Creus d'ous" (Cruces de Huevos). Sobre el suelo, se crean unas figuras elaboradas con huevos y complementadas con tierras de colores y otro tipo de elementos, como ahora plantas. Como complemento de los lujosos altares instalados el Jueves Santo en las iglesias, aún podemos ver los "maios": Brotes de legumbres criados en obscuridad total y que muestran una blancura extraordinaria.

 

Y se tiene que mencionar la costumbre del "dejuni de les campanes" (Ayuno de las campanas). Antiguamente los bronces de la torre de l'Assumpció, del Campanar de la Vila, dejaban de tocar después de la misa de Jueves Santo y no volvían a voltear hasta la Gloria del Sábado Santo en señal de duelo. Se ataban lazos negros a las cuerdas y las colgaban fuera del campanario. Esta costumbre, la ha retomado la “Colla de Campaners”, y la ha extendido a todos los campanarios de la ciudad. Mientras los bronces no suenan, lo hacen en su lugar les Trebanelles, unas enormes matracas de madera, con un rodar estridente de madera contra madera, mediante los distintos martillos que cuelgan.

 

Por la tarde del Domingo de Pascua Florida, es costumbre merendar en pandillas de amigos o en familia, en las casas de campo o en lugares emblemáticos del término, la mona de pascua, acompañada de chocolate o longaniza pascuera... Para romper el huevo, aún se utiliza la antigua fórmula que dice:  

 

"Ací em pica, ací em cou, ací em mege la mona.... i ací et trenque l'ou!!!!".

 

Y aún se bailan canciones como la de "la Tarara" y "Ai xúmbala".

 

El domingo posterior a Pascua, en la víspera del día de San Vicente Ferrer, se celebra la procesión dels Combregars que recorre la ciudad para ofrecer la comunión a los enfermos.

 

 

El Corpus Christi en Ontinyent

 

El Corpus Christi fue la fiesta más lucida del Ontinyent barroco. A través de ella, el consistorio mostraba el poder económico de la Villa Real con el patrocinio de entremeses, danzas, rocas, obras de teatro y desfiles como la histórica "Entrada del Rei Redoles". Los gremios se añadían a la espectacularidad de la fiesta con la creación de danzas.

 

Toda aquella espléndida celebración sufrió una grave crisis en los años 20 y 30 del siglo XX que hizo desaparecer buena parte de los elementos festivos existentes.

 

Ahora mismo, después de distintos procesos de recuperación empezados en 1981, contamos con cinco danzas. El "Ball dels Cavallets"  es el último de los recuperados y representa la lucha entre los soldados de las antiguas milicias efectivas forales de Ontinyent contra los piratas Berberiscos que asaltaban las costas de la Marina. La música del baile y del pasacalle es original de Saül Gómez. El "Ball de la Veta" sigue el sistema de los bailes de granadas y alcachofas valencianas. Arriba del palo hay una bola de claveles que representan la señera cuatribarrada propia de la Villa Real. Los alumnos del Colegio Bonavista son los encargados de bailarla. También son ellos los responsables de hacernos llegar el "Ball dels Arquets", una modalidad muy extendida en las comarcas valencianas que, en Ontinyent, guarda unas características muy definitorias. Participan niñas y niños, vestidos con unas bellas ropas blancas y azules. La danza es muy solemne y se interpreta, como las anteriores, con timbal y dulzaina.

 

Los bailes más significativos de Ontinyent, ya que llegan a ser representantes simbólicos de la ciudad, son los "Gegants i Cabets", esta asociación es la encargada de hacerlos danzar, en las fiestas de la Purísima y en las visitas que realizan muy a menudo fuera de Ontinyent. Las figuras son municipales y fueron rehechas y actualizadas en 1992, aunque la tradición proviene del siglo XVII.

 

Los Cabezudos son ocho figuras que danzan un baile propio basado en músicas tradicionales de las comarcas de la Sierra de Mariola interpretadas con dulzaina y timbal. Son el “Rei dels Cabets”, el “Tinyós”, el “Home de les dues cares”, los “cabets del Tricorni”, el “Barret verd” y el “Barret en puntes”, el “Gros” y Popeye. Es tradición ancestral el correr delante de los "Cabets" y chillarles entonando su apodo: "Orelluts, orelluts...". 

 

Los Gigantes de Ontinyent, solemnes y queridos como pocos, representan las tres culturas que vivían antiguamente en la Villa Real, y las tres edades del hombre. Así, son tres parejas: los Reyes Cristianos, los Reyes Moros, los abuelos o "uelos", y, desde octubre de 2006, los Reyes Judíos. Danzan un pasacalle y un baile propio, obras de Francesc Tortosa, interpretada por grupo de música antigua "Menestrils", con "tarotes, gralles i sac de gemecs" (instrumentos de música tradicional valenciana).

 

Las salidas de los "Gegants i Cabets" son siempre multitudinarias. Desfilan el día del Corpus y la Purísima, encabezando las procesiones, y en las respectivas vísperas, cuando hacen la función de anuncio de la fiesta.

 

En la procesión del Corpus es costumbre elaborar preciosos altares de calle, encima de las cuáles se celebra la adoración de la Eucaristía.

 

 

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