Fiestas en Zaragoza: Programa y cartel de las Fiestas del Pilar, Semana Santa, Carnaval, la Cincomarzada, San Valero, Recreación Histórica de los Sitios y Mercado Napoleónico...
Del 10 al 17 de abril de 2022
Consulte aquí las procesiones, horario y recorrido de la Semana Santa de Zaragoza
Cabalgata de Reyes de Zaragoza
5 de Enero de 2020
Consulte aquí el horario y recorrido de la Cabalgata de Reyes de Zaragoza
Recreación Histórica Los Sitios y Mercado Napoleónico en Zaragoza
Del 5 al 8 de Marzo de 2015
Consulte aquí el programa de Los Sitios y Mercado Napoléonico 2015 en Zaragoza
Fiestas del barrio de San José
Del 22 al 30 de Agosto de 2015
Consulte aquí el programa de las Fiestas del barrio de San José en Zaragoza
FIESTAS EN ZARAGOZA
San Valero, el que fuera obispo de Zaragoza y es patrono de esta ciudad, nació en la misma en fecha desconocida, y murió desterrado en el año 315. Su historia, como otras muchas de santos y mártires, se debate entre el mito, la leyenda y la realidad.
Se conocen algunos datos concretos de su vida y su obra a través de su biógrafo Prudencio, quien cuenta que fue elegido obispo de Zaragoza y que alcanzó una larga longevidad. Hay constancia de que, como obispo cesaraugustano, estuvo en el concilio de Elbira (Granada) hacia el año 306.
Sufrió durante su episcopado la persecución del Emperador Diocleciano, a pesar de lo cual no dejó de predicar la fe cristiana ni de estar al lado de los perseguidos por dicha causa. Se dice que era tartamudo, y se sabe que en su papel de orador y defensor de la cristiandad le asistía el diácono Vicente. En esta tarea estaban cuando ambos fueron detenidos, encadenados y enviados a Valencia por orden de Daciano, por aquel entonces gobernador de Hispania. Valero fue condenado al destierro y, ya anciano, murió. Vicente fue mártir en Valencia.
No hay acuerdo entre los historiadores sobre el primer destino del cuerpo de este obispo, pero parece claro que a mediados del siglo XI sus restos -o los que se tomaron como tales- fueron trasladados a Roda de Isábena. Alfonso I, conquistada Zaragoza, reclamó que los huesos del santo regresaran a esta ciudad y en 1170, por orden de Alfonso II, fueron traídos. Desde entonces se veneran sus reliquias en la capilla barroca de la Catedral de San Salvador.
Su festividad se celebra el día 29 de enero con el tradicional roscón.
Fiesta tradicional que celebra la victoria efímera de Don Carnal sobre Doña Cuaresma.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Zaragoza organiza esta fiesta en colaboración con Interpeñas.
Algo que ha pervivido de las viejas celebraciones de Carnaval es el día del Jueves Lardero, que desde antaño está relacionado con esas comidas campestres en las que la longaniza y la carne cobraban protagonismo antes de la abstinencia de la Cuaresma.
Las comparsas son las grandes estrellas del desfile de carnaval que se celebra la tarde del sábado. Las máscaras y disfraces permiten, como ocurría antes de la dictadura, decir aquello que a veces no nos atrevemos a decir a cara descubierta.
5 de Marzo. Fiesta local en Zaragoza.
Miles de zaragozanos celebran una fecha histórica, el 5 de marzo de 1838, cuando los zaragozanos evitaron la invasión de la ciudad por parte de las tropas carlistas, dirigidas por el general Cabañero.
La ciudad de Zaragoza constituía una magnífica posición estratégica, fuertemente protegida por una importante guarnición isabelina. Ante la supuesta lejanía de las tropas carlistas, gran parte de la guarnición fue empleada para reforzar en el mes de febrero de 1838 un ejército que había de cerrar el paso hacia el Maestrazgo a la expedición de Basilio García que, abandonando Navarra con intención de unirse a Cabrera, había sido desviada hacía La Mancha en enero y se suponía que desde allí había de realizar un nuevo intento de aproximación. La noticia de la prácticamente nula guarnición que restaba en Zaragoza llegó a Cabrera, que envió a Juan Cabañero y Esponera a asaltar la ciudad con dos mil ochocientos infantes y trescientos hombres de caballería, no con el ánimo de ocuparla, ya que estas tropas eran insuficientes para defenderla posteriormente, sino únicamente para saquearla.
La noche del 5 de marzo de 1838 las tropas de Juan Cabañero consiguieron a duras penas ocupar parte de la ciudad ante la fiera resistencia de sus habitantes, que respondieron al ataque armados con cuchillos, utensilios de cocina y agricultura, armas de caza y aceite y agua hirviendo. Ante la noticia de que se acercaba volviendo a sus cuarteles la tropa isabelina y dado que no conseguían tomar la ciudad en su totalidad, los carlistas abandonaron inmediatamente la ciudad. Tras el fracaso carlista, se añadió al escudo de la ciudad la titulación de "Siempre Heroica" y se le dio el nombre de "Cinco de Marzo" a una calle.
Los zaragozanos colman el parque de Macanaz, en un día festivo de convivencia, en el que se preparan ranchos y carnes asadas, y donde no faltan pasacalles, verbenas, conciertos y animación callejera. Las peñas tienen un papel importante en este día, en el que la alegría colectiva y el espíritu ciudadano son los grandes protagonistas.
El visitante, o incluso el zaragozano, que por primera vez se acerca a las manifestaciones de nuestra Semana Santa puede encontrarse un poco desorientado y perderse ante la multiplicidad de horarios y procesiones, que muchas veces se solapan en el tiempo. Por otro lado, si no va acompañado de alguien que sea buen conocedor, se puede quedar en una visión un poco superficial o no comprender plenamente lo que está viendo.
Este es el objetivo de este texto: dar unas mínimas orientaciones al curioso, pero teniendo claro que, como todas las manifestaciones populares, ésta se explica a sí misma y se aprende a verla viéndola. Al ser espectador se está participando y formando parte de la fiesta ya que sin público la manifestación pública de fe que encierra carecería de sentido. Abriendo bien los ojos y estando receptivos, de repente lograremos captar un momento mágico, un gesto inesperado, que podrá ser quizá tan sólo una mirada o una lágrima. Simplemente tenemos que dejarnos llevar, vivir y experimentar. Disfrutemos del olor del incienso, del colorido de las túnicas y del sonido (que no es nunca ruido) que atruena y estremece. Comencemos a vivir nuestra Semana Santa.
En primer lugar debemos tener en cuenta que la peculiar génesis de nuestra celebración le ha hecho condensar y recoger influencias muy diversas que han sido reelaboradas y han tomado una nueva forma. En Zaragoza se entremezcla una tradición de siglos con influencias castellanas y andaluzas, unidas a la fuerza del tambor y el bombo del Bajo Aragón. Por ello no nos deberá extrañar que la jota y la saeta se entremezclen, que veamos elementos ajenos y autóctonos que se han fusionado creando algo nuevo y muy diferente.
Cuando se contempla una procesión llaman enseguida la atención los grandes grupos de tambores, bombos y timbales que generalmente las acompañan. Hay que saber que estas "secciones" están formadas en su totalidad por hermanos y hermanas de las cofradías con los mismos derechos y deberes que el resto, nunca son un grupo aparte ni mucho menos son contratados. Escuchar a grupos que pueden llegar a ser hasta de cuatrocientos cofrades tocando al unísono es algo que difícilmente deja indiferente. Es un sonido que ya no sólo se escucha sino que se siente con todo el cuerpo, con una vibración que estremece de una forma que raramente se podrá olvidar. En 20 de las 23 cofradías encontraremos a estas secciones, aunque no podemos olvidar el sonido vibrante de las cornetas y heráldicas, que también tienen un lugar muy destacado. Son los únicos instrumentos de la Cofradía del Silencio, pero forman parte de los "piquetes", pequeños grupos de instrumentos, en muchas otras cofradías. Además, la Cofradía del Ecce Homo aporta la singularidad de la matraca, instrumento que sustituía antiguamente a la campana durante la Semana Santa, y la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén la carraca, tocada por los más pequeños y con un característico sonido destemplado.
El sonido nos llevará a buscar muchas veces calles estrechas para contemplar el paso de las cofradías. Si en las avenidas y calles amplias las cofradías tienen un aspecto más majestuoso y solemne, en las calles más estrechas cambia el sonido y el contacto con los hermanos se hace más cercano, lo que se traduce en una experiencia más íntima. Elegir unas u otras dependerá de nuestro gusto o incluso será mejor alternar ambas visiones para tener una visión más completa.
Las cofradías acompañan su cortejo con una serie de elementos o "atributos" que embellecen el desfile. Son faroles, guiones, estandartes, cruces..., que en muchos casos tienen un profundo significado. Suele encabezar la marcha el estandarte, verdadero signo que representa a toda la cofradía y que por tanto goza de un gran valor entre los hermanos. Un rasgo muy característico en nuestras procesiones es la presencia de la denominada "Cruz In Memoriam", que suele colocarse hacia la mitad del cortejo y es portada por un hermano. Recuerda a todos los hermanos difuntos de la cofradía y en muchos casos sobre ella están escritos sus nombres, por lo que en cierta manera están presentes en la procesión. Otros elementos característicos son las series de faroles, con significados muy precisos, que portan algunas cofradías, representando algunos elementos de la pasión como las palabras de Cristo en la Cruz, los Dolores de la Virgen...
Aunque decíamos al principio que en cualquier momento podemos asistir a algo especial, existen algunos más propicios y que suelen atraer a una mayor cantidad de público. Destacan las salidas de las cofradías de sus sedes; los momentos de reflexión en los que todos los hermanos se detienen para escuchar una alocución pública o, de una manera especial, el momento final popularmente denominado "la recogida". Sin lugar a duda se trata del momento culminante en el que el vello se pone de punta y más de una lágrima se desliza oculta tras los capirotes y terceroles. En él culmina la procesión y la cofradía despide sus Imágenes a las que ha acompañado con mimo y cuidado por las calles. Es un momento de recuerdos y emociones, en el que se tocan los más espectaculares "redobles" con los que todos los instrumentos de la cofradía al unísono despiden a sus "Pasos Titulares". Una culminación que encierra siempre un "hasta luego" y que está ya pensando en la próxima Semana Santa.
Del 5 al 13 de octubre de 2013 los vecinos de Zaragoza (Zaragoza) celebran sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Pilar...
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